La obesidad y el sobre peso se convirtieron en un problema internacional difícil de controlar, que causa la muerte del 25% de la gente hospitalizada por problemas cardiovasculares derivados de estos dos padecimientos.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó el estudio Panorama de la Salud 2011 donde reconoce los avances en la calidad de los servicios para atender ambos problemas.

 

El reporte reveló que la obesidad se ha triplicado en muchos países de la OCDE desde 1980, de hecho, más de la mitad de la población de las naciones que integran la organización tienen sobrepeso.

 

El informe reporta que las enfermedades cardiovasculares, consecuencia de la obesidad y el sobrepeso, son la principal causa de muerte en la población de los países miembros. En 2010, sólo 4% los pacientes hospitalizados por un ataque cardiaco perdieron la vida,  en el 2000, el índice de muertes fue de  8%.

 

México, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Islandia, Luxemburgo y Reino Unido son los países con más adultos obesos y donde el índice se incrementó de “manera drástica”.

 

Además de los problemas cardiovasculares, la obesidad y el sobrepeso desencadenan padecimientos crónicos “que se han vuelto una epidemia”, como la diabetes, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los siete jinetes del Apocalipsis.

 

Ante esta situación, los países han incrementado su gasto en salud. En este último año, Estados Unidos invirtió 2.5 veces más de su Producto Interno Bruto (PIB) que el promedio de la OCDE, para atender a sus enfermos.

 

La organización estima que las naciones deben presupuestar 9.6% del PIB para el gasto en salud, pero Estados Unidos destina 17. 4%, porcentaje mayor a otros países como Holanda, Francia y Alemania.

 

Nuestro país ocupa el sexto lugar de los que menos gasto del PIB destinan a atender los problemas de la salud de su población, arriba de Indonesia, India, China, Rusia y Turquía.

 

Las muertes a causa del cáncer también han sido menos. En 1997, el 79% de las mujeres diagnosticadas con cáncer tenían una esperanza de vida de máximo cinco  años. Tiempo después, a 84% de las mujeres con algún tipo de cáncer se les dio la esperanza de vivir 12 años más a pesar de la enfermedad.

 

Para reducir los gastos y el número de enfermos, los países tendrán que trabajar en la prevención. Estudios de la OCDE demuestran que una estrategia de prevención integral que combina campañas de promoción de la salud, la regulación gubernamental y el asesoramiento médico de familia evitaría las miles de muertes crónicas.