SAO PAULO. Las autoridades brasileñas anunciaron ayer que citarán a representantes de la Agencia Nacional de Petróleo y a  Chevron para que expliquen la magnitud del daño ambiental que enfrenta el país ante el derrame de crudo en la costa.

 

La compañía estadunidense asume toda la responsabilidad, dijo ayer el jefe de operaciones de la compañía en la nación sudamericana.

 

George Buck dijo que el derrame ocurrió porque Chevron subestimó la presión en una reserva submarina de petróleo cuando estaba perforando.

 

Eso hizo que el crudo subiera al hueco perforado y que al final se filtrara en el lecho marino circundante.

 

Buck dijo que el crudo entonces comenzó a derramarse a través de siete grietas en un tramo de 50 metros del foso en el fondo oceánico.

 

Buck dijo que entre mil 600 y 15 mil litros diarios siguen derramándose frente a la costa de Río de Janeiro.

 

La Agencia Nacional de Petróleo (ANP) calculó que se vertieron al mar entre 200 y 330 barriles diarios entre el 7 y el 15 de noviembre, aunque en los últimos días se ha frenado el vertido gracias al taponado de la fisura realizado por la empresa.

 

La mancha de crudo se ha reducido y este fin de semana registraba una extensión de 18 kilómetros y un área de 11.8 kilómetros cuadrados.

 

Sin embargo, algunas autoridades brasileñas han cuestionado estos números y sugerido que las dimensiones del vertido podrían ser mucho mayores.

El comisario Fabio Scilar, jefe del departamento ambiental de la Policía Federal de Brasil, cuestionó la legalidad y la idoneidad del método usado por Chevron para limpiar el crudo vertido en el litoral atlántico del país.

 

Scliar afirmó que la empresa estadunidense no está recogiendo el crudo y se limita a empujar el petróleo al fondo del mar con chorros de arena a presión, lo que podría contaminar los corales y constituir un delito por polución ambiental.

 

La Policía ha pedido informalmente a la empresa que cambie de táctica de limpieza del crudo, que comenzó a brotar hace dos semanas por una fisura en el lecho marino junto a un pozo a 120 kilómetros de la costa del municipio de Campos (Río de Janeiro), en cuya cuenca está la mayoría de los yacimientos petroleros del país.

 

Las fisuras por las que brotó el crudo se abrieron a 130 metros de una sonda de Chevron, que estaba realizando perforaciones a mil 200 metros de profundidad.

 

La compañía anunció que pretende abandonar este pozo en el Campo de Frade, donde opera desde 2009 con una concesión del Gobierno brasileño. (AP y EFE)