Arabia Saudita tomó una decisión: la poca agua que tiene la usará para la producción de hidrocarburos y no para cultivar el trigo que necesita. Esto significa que deberá compra a otros países el grano que demandan sus habitantes para comer.

 

El país árabe planea depender totalmente de la importación de trigo para fines del año 2016, esto impactará, gradualmente, sobre los precios mundiales del grano. Anualmente consume 2.9 millones de toneladas, informó la Organización de Silos de Granos y Molinos, un organismo estatal.  El consumo de esta nación representa 55% de lo que se consume en México.

 

En octubre, la Organización de Silos informó que el país actualmente importa 1.9 millones de toneladas. En su última compra adquirió   660 mil toneladas de trigo de Australia, la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos.

 

Aunque son 13 mil 583 kilómetros los que separan a México de Arabia, la decisión que tomó el gobierno de ese país afectará de manera directa al pan que llega a nuestra mesa. Será más caro.

 

Arabia tiene claro que ganará más si invierte el agua que tiene en la producción de petróleo que si la emplea en la siembra de trigo. La ganancia que obtenga por la venta del hidrocarburo alcanzará para comprar a otros países el trigo y hasta sobrará.

 

 

“El costo-beneficio de emplear el agua en la elaboración de petróleo es mayor, explica la directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México, Leticia Armenta. “La disposición de agua en este país es un tema relevante que influye en las decisiones de producción”.

 

 

Desde 2007, la población de México y el mundo padece los efectos de la inestabilidad de precios (volatilidad) del café, el maíz y el trigo. Nuestro país, desde hace cuatro años, enfrenta déficit de azúcar, de entonces a la fecha, el precio del pan ha venido en aumento porque adquirir el endulzante se volvió más caro. Ahora sucederá lo mismo con el trigo.

 

 

Cuando la demanda de un producto en el mercado es mayor y la oferta insuficiente, la consecuencia inmediata es el aumento de precios, explica Leticia Armenta.

 

 

 

Escalada de aumentos

 

El encarecimiento del pan respondió a varios factores. Primero, la falta de azúcar,  después la inestabilidad en cuanto a oferta y demanda de trigo en el mercado mundial.

 

 

En el 2007 Brasil y Estados Unidos intensificaron la producción de etanol elaborado con la fermentación de los azúcares que se encuentran  en el maíz, caña de azúcar, trigo y remolacha.  

 

Ese año Estados Unidos ocupó una quintarte de la cosecha de maíz para la elaboración del biocombustible en lugar de destinarlo al consumo humano. Dicho de otra manera, la demanda de maíz creció tanto para atender la demanda de la industria como del consumo alimenticio

 

Los insumos a partir de los cuales se elabora el etanol son los mismos que se requieren para la producción de pan.

 

 

A partir de estos altibajos la pieza de pan en México es hoy 15% más cara. El precio varía entre los dos pesos con cincuenta centavos hasta los seis pesos, inclusive más, depende de la zona geográfica, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Panificadora.

 

Además México no es autosuficiente. En el país se consumen cinco millones 183 mil toneladas de trigo, pero los campos mexicanos arrojan una producción de tres millones 509 mil toneladas, lo cual significa que México compra en el mercado internacional de Estados Unidos y Canadá tres millones 253 mil toneladas, según la Cámara Nacional de la Industria Molinera del Trigo.   Estados Unidos vende a México dos millones 412 mil toneladas y Canadá 840 mil 800 toneladas.

 

 

México no es el único país que paga las consecuencias de la volatilidad. Por cada dólar que sube el precio del maíz, trigo y café en el mercado el internacional, el precio de los productos que adquiere el consumidor final es 1% más caro, este comportamiento aplica en los países desarrollados, como Estados Unidos, explica Alfonzo García Araneda, director general de GAMAA Derivados.

 

 

El alza de precios sobre los productos finales como las pastas, la tortilla y el pan es todavía mayor en naciones como México. Calcular el incremento promedio es complejo por la variedad de productos que conforman la canasta alimenticia de la población, dice el especialista financiero.

 

El pasado 1 de noviembre, el Banco Mundial previó que el costo de los alimentos seguirá en aumento el próximo año. A través del Índice Global de Precios, calculó que maíz, arroz y grasas  se verán afectados por las condiciones económicas y financieras que viven Estados Unidos y los países que integran la Unión Europea.

 

En resumen, el costo que pagará la población por un kilo de arroz o maíz, dependerá de si el país es importador o no de esos productos. Lo mismo, se estima, podrá suceder con el trigo.

 

Entre abril de 2010 y agosto de 2011, la tonelada del maíz y el trigo, en el mercado de los commodities reportó un aumento de 91%, y el del café de 104.19%, de acuerdo con información de GAMAA Derivados.

 

 

 

El clima influye

 

La decisión que tomó Arabia Saudita no es la única que sacude al mercado internacional de los granos, también el clima. Tras las sequias han provocado altibajos en la producción de maíz, trigo, frijol, arroz y otros alimentos.

 

Muestra de ello es que en México el número de desastres por factores climatológicos va en aumento. En 2004, el Fondo Nacional de Desastres reportó 17 eventos, en 2007 el número creció a 34; y el año pasado ocurrieron 41 eventualidades climatológicas que afectaron la producción, dice el director general de FIRA.

 

Por si fuera insuficiente, a estos factores se suma el aumento en la demanda de aceites vegetales elaborados a bases de leguminosas y granos, esto aumenta la demanda en el mercado de granos.

 

Para 2012, si en el mercado aumenta la producción de granos habrá un ajuste en el mercado, de oferta y demanda, lo que lleva  hacia una precios estables o más bajos, explica la directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.