De acuerdo con un artículo publicado en The New York Times (NYT), la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas, la DEA (por sus siglas en inglés) y otras agencias estadounidenses de seguridad han construido redes de informantes mexicanos que han permitido infiltrarse secretamente en algunas de las organizaciones criminales más poderosas que operan en el país, información proporcionada por agentes de seguridad tanto de Estados Unidos como de México.
Dicho artículo señala que al mismo tiempo que Estados Unidos tiene nuevas instalaciones de inteligencia en México; en los últimos años las redes de informantes de Washington han crecido igualmente, según lo afirman administrativos en activo y ex funcionarios.
El documento señala también que dichos infiltrados han ayudado a autoridades mexicanas a capturar alrededor de 25 traficantes de alta y media peligrosidad, y a cambio brindan a los agentes antinarcóticos de Estados Unidos acceso a los principales cárteles que intentan desarticular.
Según NYT, generalmente México ignora los contactos del país vecino con los informantes secretos, por un lado para no incidir en la corrupción de la policía mexicana, y por otra parte porque las leyes prohíben a fuerzas extranjeras operar en su territorio; por lo que el uso de informantes de realiza de manera clandestina, a pesar de que recientemente se han “destapado” investigaciones de este tipo conjuntamente entre México y Estados Unidos, como el caso del presunto ataque terrorista en contra del embajador de Arabia Saudí en Washington.