Con el pronunciamiento histórico de ETA, la banda terrorista se distancia de las 14 treguas anteriores, donde condicionaba el fin del terror a mayores avances hacia la independencia del País Vasco. Estamos entonces ante la culminación de un largo proceso de combate a la organización, no solo por la vía jurídico-policial, que los había dejado seriamente debilitados, sino por la vía democrática. El anuncio llega tres días después de la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián a la que se sumó explícitamente, y por vez primera en la historia, la propia izquierda independentista vasca institucional, en un paso más desde que hace un año y medio limitase su estrategia a los cauces únicamente democráticos.

 

La misma organización armada reconoció en su comunicado la “gran trascendencia” de la Conferencia porque “reúne los ingredientes para una solución integral del conflicto”. Así, para ETA “se está abriendo un nuevo tiempo político” donde debe primar “el diálogo y el acuerdo”.

 

Es entonces, una clara derrota de la banda que finalmente renuncia en las mismas condiciones políticas en las que estaba después de la transición. Sin embargo, en el camino, ha acabado con la vida de 829 personas, y sembrado la congoja entre gran parte de la sociedad vasca donde centenares de empresarios han sido extorsionados durante años y otros tantos amenazados por pensar diferente. En relación a todas esas víctimas, el presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, ha celebrado la noticia y ha recordado que a partir de ahora España será “una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria”.

 

Zapatero además, ha pedido un “compromiso unitario” al gobierno que le sucederá en 2012 para enfrentar este nuevo reto. Y es que el anuncio llega a un mes de las elecciones generales donde las encuestas señalan como ganador al opositor Partido Popular (PP).

 

Así las cosas, no parece casual que ETA haga pública su decisión justo ahora.  Su resolución podría favorecer en las urnas a la izquierda independentista y forzar un panorama político donde el equilibrio de fuerzas en la Cámara legislativa no le sea tan hostil como una mayoría absoluta del derechista PP, quién, por ejemplo se negó directamente a participar en la Conferencia de Paz.

 

Su candidato presidencial, Mariano Rajoy, también ha celebrado la noticia, pero ha matizado que ésta no será definitiva hasta que haya una “disolución irreversible” del grupo.

 

Sea como sea, el nuevo gobierno que salga de las elecciones del 20 de noviembre, deberá tener algún contacto con la organización si quiere asentar la convivencia en Euskadi, y en este sentido, la Conferencia por la Paz le instó a adoptar “pasos profundos” para la reconciliación de “todas las víctimas” –en referencia también a las torturas y ejecuciones extrajudiciales históricas de autoridades hacia los etarras-. De momento el anuncio abre un nuevo capítulo hacia la paz y el avance democrático en España.

 

*Corresponsal en México del periódico español Público