La tormenta que sumergió a Francia el domingo fue tan feroz como la que empapa la candidatura presidencial del conservador François Fillon, el candidato de los Republicanos conservadores, en estas elecciones de abril en Francia, envuelto en un escándalo de corrupción por los empleos ficticios de su mujer y sus hijos.

 

 

El psicodrama es que su partido quiere que se baje de la candidatura. No creen que pueda llegar al balotaje de mayo y discuten una “salida honorable” para que sea reemplazado, probablemente por el ex primer ministro gaullista Alain Juppe.

 

 
Sordo a todos los pedidos, Fillon convocó ayer a 200 mil fieles, según él, y 30 mil para la policía, en la parisina y espectacular explanada de Trocadero, con la Torre Eiffel de fondo, para ratificar su decisión de seguir. Al lado y bajo la lluvia torrencial, Penélope, su esposa galesa, en el corazón del escándalo por abuso de fondos públicos y de los más extraños rumores sobre la realidad del matrimonio.

 

 
“Ellos piensan que estoy solo, ellos quieran que esté solo. ¿Es que estamos solos?”, preguntó el candidato a la multitud e, que le respondió “no”, con los paraguas desplegados para protegerse baja la lluvia. Después Fillon pidió disculpas por haber tenido que defender su honor y el de su esposa, “cuando lo esencial para ustedes y para mí, es defender nuestro país”, dijo. “Si, por magia, los franceses hubieran debido asistir a lo que vi en estas últimas semanas, una ola de repugnancia los hubiera sumergido”, acusó.

 

 
El ex primer ministro conservador reconoció su “parte de responsabilidad” en esta situación, y más concretamente dos errores: el primero haber pedido a su mujer, Penelope, que trabajara para él como asistente parlamentaria -la cuestión que está en el centro de la investigación judicial de que es objeto-, y el segundo las dudas para hacer público ese empleo supuestamente ficticio.
“Cualquier candidatura improvisada a 50 días de las elecciones presidenciales, con un proyecto que no sería de ruptura ni un proyecto en el fondo radical como el que he propuesto, y que ocasionó mi victoria en las primarias (…) conduciría al fracaso”, dijo.

 

 
¿Fue un alerta para advertirles que puede largarse solo, como candidato independiente, paralelo a su actual partido si insisten con su renuncia en estas presidenciales peligrosas? El problema son los fondos de la campaña electoral. Fillon tiene ocho millones de dólares y los Republicanos necesitan esos fondos si quieren crear un nuevo candidato.

 

 

 

Encuesta

 
71% de los franceses no quiere que Fillon mantenga su candidatura, de acuerdo a una encuesta de Le Journal du Dimanche, ante el escándalo que arrastra, que puede conducir a su imputación, y que llevó a que decenas de responsables conservadores en los últimos días a pedirle que renuncie