La enjundia del nacimiento, el vigor para pelear por un país mejor, la unidad de las izquierdas -simbolizada en el puño izquierdo en alto y las banderas amarillas y negras- con que inició su vida el Partido de la Revolución Democrática hace 25 años ha quedado muy atrás.

 

La enjundia inicial de sus creadores se convirtió en aburridas burocracias y/o pleitos fratricidas, intramuros. Cacicazgos y canibalismo se apoderaron del buque desde hace tres lustros, maltratando y devorando a sus capitanes y a sus figuras más representativas: Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.

 

Y desde luego, han sido incapaces de vivir una democracia interna. Los “cochineros” en sus elecciones son memorables. Su lema original, “¡Democracia ya!”, es un grito que hacia adentro no se escucha ni se aplica.

 

El vigor de la lucha se transformó en la simple búsqueda del poder por el poder, importándoles nada con quién hacían sus alianzas con tal de sacar a los priistas del poder (tal era su justificación para su acercamiento al PAN). Pero a la hora de la hora se acomodan con el partido y el gobierno en turno, así se trate del mismo PRI que decían combatir.

 

La unidad… ¡Imposible hablar hoy de unidad en el PRD!

 

A Cárdenas, su fundador, el líder de la corriente de Los Chuchos, Jesús Ortega, no lo bajó de “cacique”; combatió al ingeniero hasta hacerlo a un lado y tomar para él y los suyos las riendas del PRD.

 

Aun a últimas fechas, cuando varias tribus -que tampoco son nada recomendables- intentaron que Cárdenas se convirtiera en el presidente “de unidad” del partido, Los Chuchos volvieron a ser obstáculo. Llevan a Carlos Navarrete como candidato.

 

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CON AMLO FUERA, LOS CHUCHOS CANTAN VICTORIA.- Pero lo peor fue la fractura que sufrió el PRD con la salida de sus filas de López Obrador -a la fecha el líder de oposición más carismático en el país-, luego de la contienda presidencial de 2012.

 

La ruptura con el hombre que llevó al Sol Azteca en dos ocasiones seguidas a un segundo lugar en la elección presidencial (en una de ellas, la de 2006 frente a Felipe Calderón, a centésimas del triunfo, según los datos oficiales) es no sólo una pérdida del personaje en sí.

 

La renuncia del tabasqueño al perredismo es algo mucho más grave, pues el ex jefe de gobierno del DF formó ya su propio partido: Morena.

 

Y está por verse la sangría que ello ocasionará al PRD. Lo notaremos inicialmente en las próximas elecciones intermedias de 2015 -cuando contenderá por vez primera Morena-, pero lo sabremos a ciencia cierta en las presidenciales de 2018. Sobre todo si AMLO vuelve a competir, como es su intención.

 

Así, el partido que hasta ahora fue el buque insignia de la izquierda, llegó a sus 25 años -en el mejor de los casos- desdibujado. Tanto en lo ideológico como en lo electoral. Caminando hacia atrás, como los cangrejos.

 

Ah, pero Los Chuchos pueden cantar victoria. Finalmente se quedaron con el partido. O lo que queda de él.

 

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¿REVANCHA POLÍTICA?- A ver, ante la rejilla de prácticas, el ex gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, le pide a la secretaria del juzgado, Karina Franco, que le precise los tiempos: la hora en que la Fiscalía consignó la averiguación en su contra y el momento en que se libró la orden de detención.

 

La respuesta fue: La denuncia la recibió el Juzgado a las 20:30 horas del viernes y la orden se giró a las 00:20 horas del sábado 3 de mayo.

 

Más allá de que Reynoso fue detenido el viernes por la noche al salir de la corrida de toros de la Feria de San Marcos -con el argumento de llevarlo a declarar y luego le cumplieron orden de aprehensión por peculado-, el político apuntó:

 

“Con mucho respeto, pero fueron tres horas y media para estudiar ese expediente… ¿de cuántas fojas? Mil 500 fojas. Mil 500 fojas en tres horas y media, ¿saben cuánto llevamos ahorita?, dos horas. Qué rápida…”, ironizó.

 

Y luego se preguntan los juzgadores por qué no les creemos…

 

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GEMAS: Regalito de Silvano Aureoles, coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados: “Aspiramos a gobernar México porque tenemos una fuerza distinta, porque el PRD es una izquierda propositiva y congruente”.