¿Es Enrique Peña Nieto el líder que México necesita en estos momentos?

 

La respuesta del historiador y académico del CIDE, Carlos Bravo Regidor, fue clara y simple: no.

 

De hecho, apuntó, nuestro primer gran problema para enfrentar el desafío que significa Donald Trump es “la debilidad del gobierno mexicano”.

 

-A nivel individual –expuso Bravo en el Senado, durante el foro organizado por el Instituto Belisario Domínguez–, Peña Nieto no es el líder que requerimos en estos momentos:

 

Ni es líder, ni conecta con la gente ni se crece ante la adversidad. No proyecta seguridad y firmeza ante circunstancias desafiantes… No brilla por sacarle partido al conflicto. Su estilo de liderazgo es otro”, describió.

 

Por lo que toca al secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, “no tiene mucha experiencia”. El personal diplomático “está marginado”. El nuevo embajador (de México en Washington, Gerónimo Gutiérrez) no es mala noticia, “pero quedan dudas en la formación de la nueva cancillería”.

 

En mesa compartida con el ex canciller Luis Ernesto Derbez, el ex embajador de México en Washington, Arturo Sarukhan, la investigadora Blanca Heredia y el senador Miguel Barbosa, el historiador agregó al análisis:

 

-La política doméstica es poco propicia: “Con una popularidad de 12%, el Presidente no tiene capacidad de apelar o de representar a la opinión pública”.

 

El gobierno, a su vez, está debilitado por la violencia, por los derechos humanos, por múltiples escándalos de corrupción e impunidad. Todo ello “lastima la credibilidad del gobierno y su capacidad de acción”. Y pesa también “la sombra de la sucesión: su capacidad de tomar decisiones se achica. El Presidente ya va de salida…”.

 

-Y a nivel internacional pega la múltiple dependencia de México de Estados Unidos.

 

Por todas estas razones, explicó el profesor Bravo, el Presidente no puede acudir a lo que la lógica indicaría en primera instancia como estrategia de respuesta: la unidad nacional.

 

Eso no lo puede hacer el Presidente en este momento. Tan no puede, ejemplificó, que ha habido más protestas y manifestaciones en México por lo que hace Peña Nieto que por Donald Trump.

 

Pero lo que sí puede hacer Peña Nieto, propuso, es “acudir a la táctica de las manos atadas”.

 

Es decir, apoyarse en la movilización social y en una oposición (del Congreso y de los partidos) real. Eso le podría servir para fortalecer su posición personal frente a Estados Unidos y negociar desde una mejor posición.

 

Trump es un especulador y un mentiroso.- El rector de la Universidad de las Américas de Puebla, Luis Ernesto Derbez, no tuvo empacho en describir a Trump con cuatro adjetivos:

 

-Narcisista (se ve a él mismo muy superior a lo que es).

 

-Buleador (agrede de una forma brutal a cualquier otro).

 

-Especulador (está acostumbrado a ganar con la especulación).

 

-Mentiroso (inventa la realidad; es del tiempo de la postverdad).

 

GEMAS. Obsequio de la investigadora del CIDE, Blanca Heredia sobre Donald Trump: “Su lenguaje corporal es el de un australopiteco”.