Dice el refranero popular que “no hay caldo de gallina sin gallina”. Dice la sabiduría callejera que “para bailar un tango se requieren dos”. Y dice la picaresca política mexicana, que “no hay cochinero sin cochinos”.

 

Viene a cuento, porque en la semana 35 previa al 1 de julio de 2012, los partidos de la izquierda y la derecha nos regalaron una soberbia lección de sentido común. ¿De qué estamos hablando?.

 

Casi nada. Resulta que a los ojos de los potenciales electores, el PRD y el PAN confirmaron que son capaces de los peores cochineros, con tal de imponer a sus respectivos aspirantes a puestos de elección popular; sea el candidato presidencial, sea para senadores o diputados federales.

 

Pero el asunto no terminó allí. No hay duda que aquellos políticos que en las siglas de su partido se comprometen a impulsar una profunda revolución democrática, son verdaderos “cochinones” para la democracia, igual que los políticos del partido que se decía encabezar el apostolado de la democracia.

 

En otras palabras, que al PRD y al PAN les bastó una semana para confirmar –ante el electorado en pleno–, que pregonan la democracia solamente “de dientes para afuera”, y que gustan de aplaudir las prácticas democráticas, ¡siempre y cuando se produzcan “en los bueyes del compadre!, claro. Porque también está claro que la democracia al interior del PRD y del PAN, nomás no se les da.

 

PRD: PEOR IMPOSIBLE

El caso de la antidemocracia en el PRD es emblemático. ¿Por qué los amarillos no han sido capaces de procesar una sola elección interna creíble, confiable y cuyo resultado sea reconocido por todos?. ¿Por qué razón, en todos los casos, la selección de sus dirigentes y candidatos a puestos de elección popular terminan en guerra civil, si no es que campal de todos contra todos?.

 

El fenómeno que tiene sumido al PRD en la más profunda crisis de identidad e institucionalidad, se explica por sus propias causas. Es decir, que los grupos o las tribus afluentes del PRD son incapaces de procesar una elección interna que tenga siquiera pinceladas de democracia, porque los grupos o las tribus del partido amarillo nacieron, crecieron y se han desarrollado en la más profunda antidemcoracia; en las catacumbas del PRI autoritario y de la izquierda caudillista.

 

Por eso, no es o no debiera ser novedad que los grupos mafiosos del partido amarillo se despedacen y despellejen en sus luchas intestinas por el poder. En realidad lo que vimos el pasado fin de semana –cuando se anuló la selección de consejeros nacionales y estatales por un verdadero cochinero–, es la normalidad entre los amarillos; la pelea a muerte, bajo la ley del más fuerte. ¿Y las reglas democráticas elementales?. Esas no le importan a los políticos, líderes y gobernantes amarillos o azules.

 

En todo caso, lo extraño, lo incomprensible y cuestionable es la ingenuidad de los electores y simpatizantes de la derecha y/o la izquierda –pero sobre todo de los ciudadanos en general–, que esperan gobiernos democráticos, reformas democráticas, leyes democráticas, de un puñado de políticos que nada tienen de demócratas; que son causa y efecto de la más profunda antidemocracia.

 

Por eso, a nadie debiera sorprender que los grupos mafiosos de Andrés Manuel López Obrador –encabezados por la dupla impresentable de Dolores Padierna y René Bejarano–, intenten imponer al candidato presidencial mediante un cochinero, y con toda clase de trucos y chapucerías traten de apoderarse del mayor número de candidaturas a puestos de elección popular; sean diputados federales, senadores, gobernadores y, sobre todo, a jefe de gobierno capitalino.

 

Y en esa misma lógica, tampoco debiera asustar a nadie que el filoso colmillo de Marcelo Ebrard haya reaccionado con un manotazo que obligó a las partes a negociar y a presentar públicamente un frágil acuerdo de unidad. Y si vimos ese cochinero, qué esperar del momento en que se de a conocer el resultado de la encuesta entre AMLO y Marcelo.

 

LA CHAPUZA AZUL

Pero los azules no se quedan atrás. Si bien hasta hoy no han protagonizado escándalos del calado de los que acostumbran los amarillos, también tienen una larga cola para ser pisada. ¿Qué fue, si no un grosero traje a la medida de Ernesto Cordero, el método de selección del candidato presidencial del PAN?

 

Desde el momento en que la dirigencia nacional del PAN dio a conocer el método, aparecieron las voces que, con toda razón, censuraron que el aspirante presidencial fuera seleccionado mediante el método de consulta a los militantes y adherentes. ¿Por qué la crítica? Por una razón elemental.

 

Porque cuando el método para seleccionar al candidato presidencial se da a conocer una vez que los aspirantes tienen meses o años de precampaña, cuando las encuestas ya han decantado a por lo menos cuatro de ellos, y cuando ya existe un puntero o puntera, en realidad lo que se construye es un traje a la medida.

 

Y el traje fue a la medida de Ernesto Cordero. ¿Por qué?

 

Porque al impedir que los ciudadanos en general pudieran elegir al candidato o candidata presidencial del PAN, en realidad los jefes de ese partido y el verdadero jefe del PAN, que trabaja de presidente de la república, tienen la posibilidad de manejar –a su antojo–, no pocas variables fundamentales del proceso. ¿Cómo cuales?

 

A los consejos distritales, municipales y estatales, que es donde se procesan las credenciales de los militantes y los registros de adherentes al PAN. ¿Por qué el temor de abrir la selección del candidato o la candidata a la población abierta?. Porque de seguir ese método, hoy la candidata sería Josefina Vázquez Mota, que e imagen y popularidad rebasa el 50% de las preferencias.

 

Pero la chapuza también se expresa en el método priísta para inflar e inflar –a toda costa–, al candidato de la casa presidencial, Ernesto Cordero. ¿Cómo explican los genios del PAN, el milagro de que el delfín presidencial pase de 3% a 20% en seis meses? En efecto, con todo el peso del gobierno. El otro cochinero.

 

¿SE ACUERDAN?

Mientras que –en la semana del 21 al 28 de octubre de 2005 –, el huracán Wilma se convertía en “el peor desastre en años”, a Roberto Madrazo le llovía, literalmente, una madriza.

 

Dentro del PRI, Roberto Campa –quien semanas después se convertiría en candidato presidencial del Panal -, impulsó un frente para tirar la candidatura del tabasqueño; el mítico “Tucom”. Todos Unidos contra Madrazo.

 

En tanto, usuarios de internet -en las incipientes redes sociales -, llamaron la atención con las variadas y nutridas muestras de rechazo hacia la candidatura del priísta.

 

En el PAN, Felipe Calderón se convirtió en el candidato de su partido con poco más del 50% de los votos azules. Creel perdió hasta en la casilla en que votó.

 

¿Se acuerdan cuál fue el primer acto de Calderón como candidato presidencial? En efecto, se reunió con la profesora Elba Esther Gordillo.

 

Finalmente, en el PRD Obrador echó a andar una campaña de recaudación de fondos mediante un 01-900. En una semana le “llovieron” 300 mil pesos.

 

ricardo.aleman@24-horas.mx | @ricardoalemanmx

 

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