De entre la cascada de opiniones para tratar de explicar por qué ganó Donald Trump la elección presidencial en Estados Unidos, vale la pena rescatar lo que dijo el último ex embajador de México en Estados Unidos, el doctor Miguel Basáñez Ebergenyi.

 

Hay que rescatar su exposición porque, como él mismo dice, no se trata de decir nomás “ya ganó y ahora tenemos que acomodarnos”, sino de entender por qué ocurrió lo que ocurrió.

 

Y por supuesto, reconocer los errores que cometimos.

 

En ese sentido, apuntó Basáñez, uno de los errores más graves que cometió el Gobierno mexicano fue –por órdenes e insistencia de la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu– haber removido, en febrero pasado, a 35 de los 50 cónsules mexicanos desplegados en la Unión Americana.

 

Recordó el ex embajador que cuando él asumió su cargo en la embajada en septiembre de 2015, las comunidades mexicana y latina –preocupadas ya por el discurso de Trump– le pidieron apoyo para impulsar la ciudadanización, el registro del voto.

 

Cosa que él hizo, ordenando a los 50 consulados desplegar todo su apoyo –con confederaciones y clubes– para llevar a cabo la tarea.

 

Pero unos meses después, en febrero de 2016 –así lo reiteró públicamente ayer por la mañana en el noticiero de Luis Cárdenas por MVS–, la canciller Ruiz Massieu le anunció que removería a 35 de los 50 cónsules.

 

El embajador Basáñez pidió que no los quitara. Ella le indicó que era una decisión tomada. Él pidió entonces: “Muy bien, pero hazlo después de noviembre (pasadas las elecciones)”. Y le explicó por qué.

 

A la titular de Relaciones Exteriores –quien llevaba apenas seis meses en el cargo– no le importaron las razones que expuso el embajador. Trump le tenía muy sin cuidado.

 

Entonces Basáñez repuso: “Pues registra mi objeción (de remover a los 35 cónsules) porque eso es perjudicial al interés de México”.

 

Eso le costó la embajada al propio Basáñez y, claro, los 35 cónsules fueron removidos.

 

Esto, decíamos, ocurrió en febrero pasado. Sí, ¡en plena campaña electoral en Estados Unidos!, cuando los consulados mexicanos acababan de echar a andar la maquinaria para apoyar a las comunidades mexicana y latina en el registro del voto.

 

Con la remoción de más de la mitad de los cónsules, la labor quedó truncada. Lo andado para la doble ciudadanización –trayecto que toma su tiempo– se perdió. Trump siguió tomando fuerza.

 

¿Reivindicar a Videgaray?– En múltiples espacios periodísticos inquirían: ¿tuvo razón Luis Videgaray en invitar a Trump? ¿Acaso el triunfo del republicano no le da la razón al ex secretario de Hacienda? ¿Debe regresar Videgaray al gabinete?

 

La respuesta más reiterada –sólo un par de defensas registramos– fue un “¡no!” rotundo. “¡No!” a cuantas variantes se hicieron en torno al tema.

 

Y por lo que respecta a las mesas políticas y los comentarios en corto, ni se diga.

 

La invitación a Trump, en términos diplomáticos y de estrategia política, fue –no hay cambio al respecto– un “error histórico”.

 

Esa visita a Los Pinos y el trato presidencial que se le otorgó revivieron al republicano. No hay que olvidarlo.

 

 

GEMAS. Obsequio de Hillary Clinton: “Esta derrota duele. Pero, por favor, nunca dejen de luchar por aquello que vale la pena”.