BERLÍN. Tras dejarse llevar por una falsa pista y detener al hombre equivocado, Alemania se abocó intensamente a la búsqueda de un nuevo sospechoso del atentado del lunes en un mercado navideño de Berlín, un refugiado tunecino que estaba siendo vigilado por sospechas de que preparaba un acto terrorista. La fiscalía general libró una orden de captura contra Anis Amri, de 24 años, y ofreció 100 mil euros (110 mil dólares) por cualquier información que contribuya a dar con su paradero.

 

“¡No se arriesgue porque la persona podría ser violenta y estar armada!”, advirtió la fiscalía sobre el sospechoso de haber atropellado con un camión a una multitud, causando la muerte de 12 personas e hiriendo a otras 48, atentado que se atribuyó Estado Islámico. Amri, catalogado como islamista potencialmente terrorista, mide 1.78 metros, pesa unos 75 kilos y tiene cabello negro y ojos marrones.

 

El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, sin embargo, aclaró que el hecho de que fuera sospechoso, “no quiere decir necesariamente que sea el autor” el último atentado. Lo hizo después de que las autoridades tuvieran que liberar a un paquistaní aprehendido poco después del ataque.

 

El ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger, por su parte, dijo que el tunecino estaba siendo vigilado por diversos servicios alemanes ante la sospecha de que preparaba “un delito grave contra la seguridad del Estado”. “Llamó la atención por sus contactos con círculos islamistas radicales”, explicó Jäger. La fiscalía de Berlín precisó, además, que Amri había sido vigilado entre marzo y septiembre, pero su seguimiento no confirmó indicios de que fuera a cometer un atentado.

 

Las autoridades le habían denegado en junio de este año la solicitud de asilo, “pero no pudo ser deportado porque no tenía documentos de identidad válidos”. La policía antiterrorista de Túnez, cuyo país originalmente negó que Amri fuera ciudadano tunecino, informó que registró la casa de la familia Amri, que dijo que sus contactos con Anis fueron esporádicos desde que dejó el país en el marco del levantamiento de 2010, según el diario tunecino “Al Chorouk”.

 

Anis Amri llegó a Alemania en junio o julio de 2015 y cambió de residencia con frecuencia. Vivió en Friburgo, en el suroeste del país, en Berlín y en Renania del Norte-Westfalia. “Se mudaba todo el tiempo”, señaló el ministro. En febrero de 2016, el sospechoso se instaló en Berlín, donde le fue denegado el asilo. Sin embargo, por razones burocráticas y ante la sobrecarga de trabajo de los funcionarios de migraciones berlineses, su caso fue trasladado a Cléveris (Kleve), cerca de la frontera con Holanda.

 

Mientras tanto, el baño de sangre del lunes pasado siguió revolviendo el escenario político local. La demanda del aliado socialcristiano de la canciller Angela Merkel, Horst Seehofer, de revisar la política de asilo antes de saber si el atentado había sido obra de un refugiado desató críticas dentro y fuera de las filas conservadoras. “No fue muy atinado especular ayer sobre una persona que al final resulta que no tuvo nada que ver con el hecho”, dijo a la emisora SWR el ministro del Interior de Baden-Württemberg, el democristiano Thomas Strobl. “Nadie debería intentar instrumentalizar este hecho abominable para sus propios fines”, advirtió el ministro alemán de Justicia Heiko Maas.

 

Al mismo tiempo, unas 800 personas se manifestaron en Berlín contra una marcha de otros 130 neonazis que demandaron el cierre de las fronteras alemanas. “No vamos a permitir que los incendiarios intelectuales aprovechen este horrible atentado para instigar al odio”, dijo el parlamentario verde Özcan Mutlu, organizador del acto en favor de la tolerancia. Refugiados y berlineses se reunieron en la plaza  donde se cometió el atentado para recordar a las víctimas con un pequeño concierto en el que entonaron juntos las canciones “Shine a Light”, “We are the world” y el villancico “Noche de paz”.

 

Entretanto, Berlín intenta recuperar la normalidad. El mercado de Navidad atacado el lunes volverá a abrir sus puertas mañana, mientras que los otros 59 mercados berlineses que cerraron el martes en señal de respeto por las víctimas volvieron a funcionar hoy.

 

Semanario

 

Focus a su vez, consigna que el tunecino pertenecía a una red terrorista que planeaba atentados en Alemania desde 2015 y se había formado en torno al predicador islamista Abu Waala, actualmente en prisión. Otros medios alemanes señalan que en el suelo de la cabina del camión que atropelló a los visitantes del mercado navideño fue hallado un permiso temporal de residencia del tunecino.