A dos meses, más o menos, de que el líder del PRI, el verdadero, claro, no el de mentiritas, designe al candidato a gobernador del Estado de México, los observadores preguntan: ¿van a cumplirle a Alfredo del Mazo la promesa que hace seis años le hicieron de que él “sería el bueno” para 2017?

 

Para quienes lo hayan olvidado, en marzo de 2011, el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, el dirigente del CEN del PRI, Humberto Moreira, y la “maestra de la maldad y la perversidad”, Elba Esther Gordillo, no quisieron correr el riesgo de que Eruviel Ávila se les fuera de candidato a la “alianza pervertida, casi gay” que el PRD y el PAN estaban formando con el fin de competir en las elecciones para gobernador en el Estado de México, y decidieron nombrarlo como su abanderado, dejando en el camino a Del Mazo, quien, decían, era el favorito del gobernador mexiquense y el que lideraba las encuestas.

 

Eruviel se encargó de desmentir que nunca tuvo pláticas con el PAN ni con el PRD para una posible candidatura, pero después confesó que “se la habían acercado”. Y para cualquier analista político, excepto los bisoños, era obvio que los aliancistas iban a ofrecérsela si el “triunvirato priista” (Peña, Moreira, Elbita) hubiera elegido a Alfredo.

 

Si bien es cierto que el tiempo y las circunstancias han cambiado, y son factores importantes para decidir al aspirante para 2017, no hay que olvidar que al igual que hace seis años en el Estado de México se juega algo más que la candidatura a la gubernatura; se juega también el boleto para la presidencial de 2018.

 

Casualmente, aunque en política no existen las casualidades, hoy, al igual que hace seis años, existen más de media docena de aspirantes; varios son los mismos: Alfredo del Mazo, por supuesto, Ernesto Nemer, Alfonso Navarrete Prida y hasta Luis Videgaray, entre otros. Todos tienen aptitudes, experiencia, trayectoria política…, pero hoy lo más importante pare el líder es quién de ellos garantiza el triunfo.

 

Dicen los que saben que Del Mazo empieza a despuntar por su capacidad política y los resultados obtenidos al frente de las tareas que le han encargado. El hoy diputado federal mexiquense ha transitado por la administración pública estatal; fue director de Banobras y presidente municipal de Huixquilucan, así como actor clave en la negociación de uno de los presupuestos federales más complicados en la historia reciente del país. Pero, además, como decimos al principio del comentario, se la prometieron hace seis años. ¡Vamos a ver si le cumplen!

 

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Quienes tampoco tuvieron lo que dijo Nelson Vargas fueron los accionistas y ejecutivos de BBVA Bancomer, que dirige Luis Robles Miaja. Digan los lectores si no es cierto: al día siguiente de la renuncia de Agustín Carstens, publicaron un desplegado donde lo califican como “un mexicano ejemplar”, que gracias a su integridad y profundo conocimiento de los mercados ha sido elegido para ocupar el más alto cargo en el Banco de Pagos Internacionales.

 

“Nos llena de orgullo que una de las figuras más destacadas del sector financiero, a nivel global, sea mexicano”, subrayaron en el documento. ¡Es como si al capitán del barco Costa Concordia, quien se arrojó al mar cuando su embarcación se estaba hundiendo, le hubieran dado un premio! Exclaman los perplejos.

 

¡Y qué más se podría esperar de los banqueros que junto con el doctorcito Agustín se despiertan diariamente con ganas de “joder a México”!