KIEV. Ucrania comienza el día de hoy, la construcción del nuevo sarcófago sobre el averiado cuarto reactor de la central nuclear de Chernóbil, con ocasión del 26 aniversario de la mayor catástrofe atómica de la historia.

 

Para ello se utilizarán los fondos recabados durante la conferencia internacional de donantes celebrada el pasado año en Kiev, afirmó el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, según informan las agencias ucranianas.

 

Las obras de construcción del sarcófago, que debe garantizar la seguridad del reactor durante el próximo siglo, se prolongarán hasta 2015, aseguró el ministro de Situaciones de Emergencia ucraniano, Víctor Baloga.

 

Ucrania recaudó el pasado año 550 millones de euros para construir el nuevo sarcófago y poner en marcha varios programas de desactivación.

 

El actual cubo de hormigón, que fue construido en tiempos de la URSS, está lleno de grietas de hasta 100 metros y agujeros por donde sale agua radiactiva, según Greenpeace.

 

El Gobierno de Ucrania quería haber arrancado la construcción del sarcófago hace varios años, pero tuvo que aplazarla debido a la falta de financiación.

 

En septiembre de 2007, el consorcio francés Novarka firmó un contrato para construir en cinco años el segundo sarcófago tras ganar el concurso internacional convocado por Kiev.

 

El nuevo sarcófago, que cubrirá al actual de acero y hormigón, será un cubo con una longitud de 257 metros, una anchura de 150 y una altura de 108 metros.

 

Chernóbil, en cuya zona de exclusión de 30 kilómetros los niveles de radiación aún son varias veces superiores a la norma, fue clausurada en el año 2000, pero aún acoge combustible nuclear, por lo que los ecologistas todavía la consideran una amenaza latente.

 

Las autoridades ucranianas advierten de que los reactores uno, dos y tres de la central, clausurada en diciembre de 2000, aún contienen combustible nuclear, por lo que el peligro de radiación está muy presente.

 

Ucrania se propone desactivar por completo la planta y el territorio adyacente para el año 2018, y enterrar para siempre con ayuda de la compañía estadounidense Holtec International las 200 toneladas de combustible nuclear que se encuentra bajo la central.