foto: @donKbrera/twitter "Me incorporé y le dije que quería pasar a la siguiente fase y finalmente, dijo que sí. Terminamos y nos abrazamos. Y me fui"  

La ex amante de Bill Clinton, Monica Lewinsky, reveló la verdadera historia de las manchas del famoso vestido que usó durante la reelección del ex presidente en 1997.

 

Dicho encuentro fue el 28 de febrero de 1997, cuando Clinton al ganar la reelección invitó a la Casa Blanca a su entonces becaria, Lewinsky, para que asistiera a su mensaje radial semanal.

 

Al llegar, Clinton, le mencionó a Monica que se acerara con su secretaria personal, porque le tenía un regalo.

 

“Yo no sabía… ¿iba a poder verlo a solas? ¿o no?”, “cuando pasé a darle la mano y tomarme con una foto con él, me dijo ‘Por cierto, ve a ver a Betty, tiene algo para ti'”.

 

Betty Currie era la secretaria personal del presidente, quien aparentemente también era sus ojos y oídos, Lewinsky, prosiguió a lado de la Oficina Oval, donde estaba el escritorio al que la había mandado Clinton.

 

“Ella me hizo entrar a la Oficina Oval, los tres fuimos al estudio del fondo, y ella pasó al salón comedor para ocultarse allí, así todo el mundo pensaría que yo no estaba sola con él”.

 

El ex presidente le dio una caja con u prendedor de sombrero, también le obsequió un ejemplar de Walt WhitmanLeaves of Grass“.

 

“Fue un regalo muy significativo para mí. Es un libro íntimo que no se regala a la ligera. Cualquiera que fuera mi reserva…¿Es verdad lo qué siento?, ¿es eso realmente? Cualquiera que fueran mis inseguridades, se desvanecieron en ese momento”.

 

Según la ex amante, fue la primera vez desde que fue trasladada del Pentágono en la que pudieron estar a solas.

 

“Entonces entramos al baño y tuvimos intimidad. Me hizo objeto de sus atenciones y yo fui recíproca, hasta donde él siempre se había detenido antes de completar su parte”.

 

Sin embargo, la ex becaria de la Casa Blanca, reveló que quiso ir más allá, por lo que se lo hizo saber a Clinton.

 

“Me incorporé y le dije que quería pasar a la siguiente fase y finalmente, dijo que sí. Terminamos y nos abrazamos. Y me fui”.

 

Mónica Lewinsky, aseguró que nunca se dio cuenta de dicha mancha al salir de la oficina Oval con el presidente Clinton.

 

“Esa noche fui a cenar y nadie me dijo: ‘Oye debes ir al baño, tiene todo el vestido manchado”, incluso, ella creyó que era crema de espinacas o algo similar.

 

Sin embargo, en un documental de HBO a blanco y negro, Mónica expresa que volvió a sacar el vestido para usarlo en la cena del Día de Acción de Gracias, y se lo probó acompañada de una amiga, Linda Tripp, en ese momento fue cuando ambas se dieron cuenta de que la vestimenta contenía rastros de semen del ex presidente.

 

Hace aproximadamente tres años, el Museo Erótico Heritage, de Las Vegas, le ofreció a la ex becaria un millón de dólares a cambio del aclamado vestido.

 

TFA