La transición de gobierno inicio esta tarde, en Palacio Nacional, donde Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, pactaron un cambio de estafeta armonioso y eficiente.

 

Ésta tarde, durante un hecho inédito en la historia reciente del país, el mandatario en funciones junto a su gabinete, en Palacio Nacional, se reunió con el Presidente electo y su equipo de trabajo y elegido como próximo gabinete.

 

Durante una conferencia conjunta, en el Patio de Honor del recinto, López Obrador reiteró que cancelará la Reforma Educativa y someterá a consulta la continuación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

 

En respuesta, Peña Nieto consideró que, aunque los gobiernos entrante y saliente, tienen ópticas distintas, no significa una disputa y su administración tiene la voluntad de ofrecer información y el apoyo necesario para el arranque “exitoso” del mandato de López Obrador.

 

Por su parte, el mandatario electo celebró el apoyo, “sin condiciones”, del jefe del Ejecutivo en funciones y reconoció que la información gubernamental, hasta ahora compartida, es certera, así como la disposición del gabinete para difundirla.

 

En el contexto de que hace unos días, Alfonso Durazo, propuesto para ocupar la titularidad de la nueva Secretaría de Seguridad Pública, dijo que recibiría un país “en ruinas” en combate a la delincuencia, el Presidente reconoció “que más allá de los calificativos, he sido el primero en reconocer que los índices de criminalidad han aumentado” en algunas regiones del país.

 

Respecto al balance, Peña manifestó que dejará un país con estabilidad política y económica, paz social y una deuda manejable. Por su parte, López Obrador manifestó que el proceso de transición apenas inicia y serán los ciudadanos a quienes competerá juzgar el desempeño del actual gobierno.

 

DPC