En el mundo se han desarrollado ciertas agendas orientadas a la solución de grandes problemas que aquejan a la humanidad. De seguir estos planteamientos tendríamos que estar superando las mayores preocupaciones en medio ambiente, salud, educación y pobreza.

 

Uno de los grandes desafíos de muchos países, particularmente en el siglo XX fue la alfabetización plena de sus poblaciones. Recordemos el intenso trabajo de alfabetización que se desarrolló en Cuba a raíz del triunfo de la revolución, y que dio lugar a un desplome en las cifras negativas, hasta la alfabetización total.

 

En este momento, México presenta cifras bajas de analfabetismo, 6.9% en 2010, pero las variaciones respecto a los censos de 2000 y 1990 (9.5% y 12.4%) muestran que tardaremos algunas décadas en llegar a la alfabetización universal. Implícitamente hay una meta de analfabetismo cero, pero sin un esfuerzo extraordinario.

 

Ya he escrito en este espacio sobre la Visión Cero, que se refiere a estrategias que están surgiendo en países y ciudades para que haya cero muertes por accidentes viales y cero lesiones permanentes. Si atacamos la causa raíz de los siniestros podemos alcanzar cifras muy seguras en calles y carreteras. Exceso de velocidad, alcohol, mejoras en la infraestructura, nuevas formas de convivencia entre los usuarios de las calles, cambios tecnológicos, nos detonan una reducción sistemática de los accidentes.

 

Si bien Suecia fue el primer país que se planteó la Visión Cero y aspira a alcanzarla en 2020, sólo Andorra, Gran Bretaña y Holanda han bajado de 4 muertes en accidentes viales por cada 100 mil habitantes, más algunos países con muy poca población, como San Marino, que no tuvo muertes en las calles en 2010.

En la agenda de reducción de accidentes, en el marco de las metas del Milenio, México se comprometió a reducir en un 50% el número de muertes durante la presente década, cifra que no alcanzaremos porque no se han adoptado las políticas públicas que conduzcan a ello. Cumplir con estas metas será condición necesaria para que México se plantee una Visión Cero.

En la generación de residuos, ciudades desarrolladas están detonando los programas de “Basura Cero” en los que, como su nombre lo indica, se busca que las ciudades no dependan más de los rellenos sanitarios u otras formas insostenibles de disposición final de la basura. Sólo en el Distrito Federal se generan más de 12 mil toneladas diarias de basura, y en 20 años alcanzó a formar una gran pirámide con más de 60 millones de toneladas de desechos en una base de 4 kilómetros cuadrados. La Ciudad de México ya cuenta con un programa de Basura Cero, con metas concretas para los próximos años.

En este momento la pobreza presenta retos importantes, cómo reducir a cero la pobreza extrema en los próximos años. Uno de los planteamientos, en las Metas del Milenio, es erradicar la pobreza extrema, y para lograrlo ello implica que este año la cifra original se reduzca a la mitad.

Recién se dieron a conocer cifras de pobreza en nuestro país. La pobreza, en términos generales, aumentó; aunque sí hay una reducción en la pobreza extrema. La lógica de erradicar la pobreza extrema es que la pobreza a secas también se vaya reduciendo. ¿Podríamos plantearnos, como país, la “pobreza cero”, más allá de las metas internacionales de “pobreza extrema cero”?

Estos serán los retos de los próximos años, en los cuales vamos rezagados. Eso sí, para como va el ritmo de crecimiento económico en México, siempre por detrás de las expectativas, pareciera que muy pronto adoptaremos la política de “Crecimiento Cero”.