En esta transición, todo ha sido anticlimático.
A estas alturas, en transiciones de poder pasadas, los mandatarios electos ya habían hecho una agenda de giras internacionales para reunirse, primero con los vecinos, y después con los países con los que mejores relaciones políticas y comerciales tenía México.
No ha sido el caso de Andrés Manuel López Obrador.
Pese a tener una bolsa millonaria para los gastos de la transición, no se conoce que el virtual Presidente o su equipo hayan hecho alguna disposición.
Tampoco se sabe, hasta el momento, que el tabasqueño tenga en sus planes inmediatos una gira internacional.
Lo que ha ocurrido es que los Presidentes vecinos han enviado delegaciones de alto nivel para entrevistarse con el futuro mandatario.
Ayer correspondió el turno de la canciller de Canadá, Chrystia Freeland, quien se entrevistó con López Obrador en su oficina de campaña para hablar del Tratado de Libre Comercio.
Tanto la delegación estadounidense que visitó al líder de Morena como Freeland ni siquiera fueron custodiados por el Estado Mayor Presidencial, como era costumbre, sino por la seguridad de sus embajadas y por la Policía capitalina.
La decisión fue tomada por López Obrador aun con los riesgos que conlleva.
El caso es que independientemente del análisis sobre sus propuestas, si se pueden concretar o no, si tienen fundamento jurídico o si son ocurrencias, al menos en lo que va del largo periodo de transición, sí ha habido diferencia.
Y si no es de terciopelo, tampoco ha sido de lija.

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Ayer le comentamos en este espacio que mientras la reducción de las prerrogativas a los partidos políticos no se concretara en una iniciativa de ley, todo eran “cuentos chinos’’.
Pues ayer mismo, los diputados de Morena, Juan Romero y Rodrigo Abdalá presentaron una iniciativa a la Comisión Permanente para reducir en 50% el monto de los recursos que se entregarán a los partidos el próximo año.
Dicha iniciativa no prosperará porque la 63 Legislatura está por concluir.
La que sí pasará, será la que presenten a partir de septiembre los nuevos legisladores de Morena, entre ellos Mario Delgado y Tatiana Clouthier, quienes anunciaron que su propuesta no quedará en buenas intenciones.
La reforma tendría que aprobarse antes de la discusión del presupuesto para el próximo año.

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La futura secretaria de Energía, Rocío Nahle, se reunió con el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, y con miembros de los sectores empresarial y académico de la entidad, a quienes confirmó la intención de trasladar la sede de Pemex a Ciudad del Carmen y construir una refinería en el mismo municipio.

Tanto el gobernador como los representantes de los sectores aseguraron que Ciudad del Carmen tiene la suficiente infraestructura y servicios para atender los requerimientos de la descentralización de Pemex.

Hay oferta de vivienda, suficientes escuelas desde nivel básico hasta universidad, con capacidad para recibir a 60 mil alumnos más; y 14 edificios disponibles para albergar a los trabajadores de Pemex cuando se concrete el cambio de sede.
Nahle, por cierto, anunció ayer que la próxima administración destinará 38 mil millones de pesos para rehabilitación de las seis refinerías a las que por años no se les dio mantenimiento.