En términos del sentido de oportunidades que presenta muchas veces la política, los partidos de oposición perdieron una gran ocasión estratégica de exhibir las limitaciones de uno de los temas más sensibles del Gobierno actual: la seguridad pública.

En medio, inclusive, de un escalamiento intenso de actividades criminales contra políticos en campaña, los partidos y sus candidatos no salieron del territorio superficial común de sólo condenar la inseguridad y culpar al Gobierno actual, pero con efectos tan ineficaces que no le restaron ningún voto al partido oficial.

Los partidos de oposición demostraron no tener capacidad de razonamiento sobre la crisis de seguridad y por eso se la pasan lanzando petardos ineficaces, casi como puyas verbales. En los debates entre candidatos presidenciales, los dos de la oposición no supieron construir un discurso de diagnóstico real de la inseguridad y de los errores estratégicos del Gobierno y todo se redujo a la cifra acumulada de violencia, pero con el dato aún inexplicable de que la percepción social de la inseguridad ha bajado en los últimos meses.

Si se revisan todas las encuestas en cuanto a problemática nacional, la inseguridad ha estado en el punto número uno de la preocupación social desde la campaña de 2018, pero el Gobierno lopezobradorista sigue imponiendo la prioridad de su narrativa por la incapacidad de la oposición de diagnosticar el fondo de la inseguridad y por lo tanto plantear nuevas opciones.

El tercer debate del próximo domingo tiene el tema de la seguridad, pero desde ahora se puede percibir que la argumentación gubernamental sigue estando por encima de las quejas criticonas de la oposición, y por lo tanto podría adelantarse que las percepciones de inseguridad de la sociedad no estarán afectando la tendencia de los votos.

En todo caso, habrá que poner atención a la argumentación de la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, porque se estarán analizando sus argumentaciones casi como programas de Gobierno del próximo sexenio.

 

Zona Zero

  • Como universo analítico, hay que racionalizar el resultado electoral el próximo 2 de junio en la elección de gobernador en Guanajuato: un Gobierno estatal panista desbordado por la violencia, pero con votos sociales mayoritarios que cuando menos en las encuestas están adelantando otro sexenio estatal más a favor del modelo político del PAN estatal. O sea, la inseguridad no afectará las urnas.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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