Foto: Especial | PUGNA. Defensores de Derechos Humanos denuncian la creciente violencia que se vive en el Estado de Chiapas.  

Hay confusión en el caso de las 11 personas que murieron en un supuesto enfrentamiento entre grupos de criminales antagónicos en el ejido Nueva Morelia, municipio de Chicomuselo, Chiapas, la noche del lunes, pues la Fiscalía General del estado dice que son delincuentes, pero pobladores y la Iglesia lo niegan.

Los habitantes aseguraron que las víctimas no pertenecían a ninguna banda y que una de ellas era una estudiante de bachillerato.

Por otra parte, fuentes de la diócesis de San Cristóbal informaron que dos de las personas fallecidas eran servidoras de la Iglesia católica.

Afirmaron desconocer lo que ocurrió, porque los recientes enfrentamientos entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa dañaron la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) lo que ha dificultado la comunicación con el pueblo, pues muchos de los habitantes no tienen luz.

Desde hace casi tres años dichos grupos delincuenciales se disputan el territorio en municipios de la sierra y la frontera, lo que ha provocado asesinatos, enfrentamientos, cobros de derechos de piso, bloqueos carreteros y la quema de vehículos.