Foto: CCPX | Escenario repleto de fanáticos en la presentación de The Boys en el épico Omelete Stage  

Aquello que bien comienza, bien termina. La CCXP México, en su día uno, decidió seguir la máxima abriendo la mañana de la mano de Sydney Sweeney y Álvaro Morte para luego cerrar la noche con Anthony Starr, Karen Fukuhara, Claudia Domit, Chace Crawford y Erin Moriarti.

Pudiéramos atribuir el éxito del día de apertura a la suerte, pero no sería honesto admitir que la organización permitió un desarrollo óptimo.

Destacan, sobre todo, los escasos retrasos en las presentaciones principales y control absoluto de las filas en las activaciones. Y quizá el único momento que se puede reprochar fue la presentación del cast de The Boys en el Thunder Stage, dado que una cantidad severa de personas se quedó sin acceso al espacio que tiene una capacidad para mil 700 personas.

Fuera de ello, el debut de la convención en México tras diez años de existencia en Sao Paulo, Brasil puede calificarse con nota buena. Para muestra, más que las palabras, todas las sonrisas y buenos ratos observados dentro del festín pop.

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Más allá de los estudios cinematográficos que apostaron todas sus cartas, como es el caso de MAX, Marvel, Disney, Pixar y Paramount+, las personas, de todas las edades, destacaron las conversaciones que sus actrices, actores y artistas favoritos ofrecieron en alguno de los escenarios de la convención.

Se hicieron presentes los protagonistas de “Inmaculada” y una parte del elenco de The Boys, el actor Giancarlo Esposito, el dibujante mexicano Humberto Ramos, el actor británico Tom Ellis, los cineastas Jon Watts, Louis Leterreir y Tim Miller en compañía del head chief de Collider, así como los directores Isaac Ezban y Eli Roth.

Todos, en los dos escenarios más importantes de la CCXP desde sus orígenes, el Omelete Stage y el Thunder Stage. Encima dispuestos a la comodidad de las estrellas, pues se encuentran apenas separados por una estructura a la que sólo tienen acceso los organizadores del evento.

Como parte de la promesa de epicidad y de algo inolvidable, por entre los pasillos del inmenso recinto se pasean incluenciadores, creadores de contenido, ilustradores, dibujantes e incluso los mismos artistas.

Lo anterior, dada la tranquilidad que se respira. La comunidad está entregada al disfrute, pero siempre desde el respeto. No por nada todos comparten fotografías con todos, se saludan como si se conocieran de siempre, hacen la broma y comparten sus aprendizajes más geeks.

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Aunque lo anterior pareciera suficiente para una experiencia sin precedentes, que no le pide nada a otras convenciones de cultura popular de mundo (los organizadores dixit), el círculo es completado por las marcas que ofrecen experiencias llenas de sorpresas para los asistentes y lss actividades que dan a los fanáticos la oportunidad de integrarse de otro modo, ya sea a través de la partida rápida de un videojuego como Call of Duty o Mario Kart, o bien alguna actividad única para, incluso, competir por un premio.

Pero es apenas el comienzo, el día uno de un fin de semana completo que, esperemos expectantes, sea el primero de muchos de una CCXP México en un futuro. Por ahora, fanáticos, huelga disfrutar.