El segundo debate presidencial que se realizará este domingo 28 puede ser la revancha que esperan Xóchitl Gálvez y sus seguidores o un golpe definitivo a sus aspiraciones.

 

Los temas elegidos para este encuentro denominado “La Ruta para el Desarrollo de México’’, serán sobre el crecimiento económico, empleo, inflación, infraestructura, pobreza, desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable.

 

Por lo menos en los últimos dos, la hidalguense tiene una ventaja aparente, debido a que ha dedicado los últimos años al análisis y propuestas para resolver esos problemas de alcance global.

 

En los temas restantes, Gálvez tendrá la oportunidad de rebatir las cifras oficiales sobre empleo y disminución de la pobreza, que son las cartas fuertes que llevará Claudia Sheinbaum al encuentro.

 

La candidata oficial igualmente presumirá la cifra de crecimiento del año pasado, a pesar de que en promedio el país haya tenido un crecimiento muy inferior al 6% anual prometido por López Obrador.

 

Sobre infraestructura no habrá mucho que presumir, pues salvo las tres obras emblemáticas que han absorbido casi todo el presupuesto del ramo, no hay más hospitales del IMSS o del ISSSTE ni nuevas carreteras o autopistas -la carretera de Oaxaca a Huatulco ya estaba a la mitad-, o nuevos campus universitarios que no sean los locales que pretenden vender como las “Universidades del Bienestar’’.

 

Materia no le faltará a Gálvez para rebatir y posicionarse, pero cómo saldrá al encuentro del domingo es un misterio luego del anuncio que hizo de que, en el segundo debate, sería “ella misma’’.

 

Veremos.

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Por cierto, la campaña de la hidalguense fue víctima de un complot orquestado no solo por la delincuencia organizada, como ella denunció, sino también por autoridades locales de Chiapas, que ya demostraron a quién apoyarán.

 

Los eventos que tenía Gálvez en Tapachula y Huixtla fueron boicoteados por los transportistas, que se negaron a trasladar a la gente porque, denunció la candidata, los choferes fueron amenazados por la delincuencia organizada.

 

Esa que dicen que no existe y que se le apareció a Sheinbaum el domingo pasado, aunque la misma candidata y el Presidente hayan tratado de fijar la teoría de que se trató de un montaje.

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Oaxaca atraviesa uno de sus peores momentos de inseguridad y dotación de servicios, a pesar del enorme presupuesto que se le asignó en 2023 y que aumentó para este 2024.

 

En el 2023, el estado que gobierna (es un decir) Salomón Jara, tuvo un presupuesto de 82,000 millones de pesos.

 

Sin embargo, no comenzó siquiera alguna obra de infraestructura que mejorara la calidad de vida de los oaxaqueños.

 

No hay una escuela u hospital en construcción con recursos del estado; hay dos hospitales generales que se construyen, uno de ellos en Tuxtepec, pero se hace con recursos federales, de los que se obtuvieron en la “rifa’’ del avión presidencial.

 

Cuatro meses lleva ya este año y sigue sin haber obra pública, pese a que el presupuesto asignado es de 92,000 millones de pesos.

 

Los oaxaqueños se preguntan qué se hace con ese dinero pues ni siquiera la procesadora de basura que prometió el gobernador en campaña para resolver el problema en la capital y los municipios conurbados pudo instalar.

 

Jara dijo que instalaría una procesadora de basura en el municipio de San Lorenzo de Albarradas, pero los habitantes de Mitla se opusieron y es la hora de que no pueden resolver el problema.

 

De mal en peor.

 

      @adriantrejo