En el autoproclamado “Gobierno más feminista de toda la historia”, el de la Cuarta Transformación, el de Andrés M. López Obrador, nada es lo que parece cuando se trata de equidad y perspectiva de género. Sí, hoy por hoy la presencia femenina en el gabinete obradorista podría ser considerada como histórica con ocho mujeres al frente de secretarías de Estado (Gobernación, Relaciones Exteriores, Seguridad y Protección Ciudadana, Bienestar, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Economía, Educación Pública y Cultura).

Sin embargo, la realidad nos dice que tanto estas funcionarias como aquellas que encabezan los despachos del gabinete ampliado, ocho más, no tienen peso específico alguno en lo se refiere a la toma de decisiones que definen el derrotero de México. Todas pasan a un segundo plano porque quien manda y decide por ellas es el Presidente.

Y el más claro ejemplo de ello lo podemos tomar con la actual titular de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, quien ha ido escalando posiciones en el organigrama gubernamental sólo por epitomizar el ya famosísimo aforismo obradorista del “noventa por ciento de lealtad-diez por ciento de capacidad”.

La dependencia responsable de la política interna de la nación, desde los días de la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, ha quedado reducida a su más mínima expresión. No pesa ni resuelve. Y con la señora Alcalde al frente, esta situación se ha agravado, pues la otrora titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) abiertamente ha preferido ser una propagandista más del régimen en lugar de arremangarse la camisa para resolver problemas como los de Ayotzinapa, el huracán Otis, la crisis migratoria o la ingobernabilidad en Guerrero…

En Relaciones Exteriores, con Alicia Bárcena Ibarra, quien llegó a esta oficina en julio de 2023, casi todo lo que se avanzó con Marcelo Ebrard se ha ido diluyendo. Y en cuestiones de seguridad y protección, con Rosa Icela Rodríguez, mejor ni hablemos…

Pero no crean que esta circunstancia es endémica de las funcionarias del gabinete obradorista. La situación también se extiende a las “gobernadoras de la transformación”, pues Evelyn Salgado (Guerrero), Índira Vizcaíno (Colima), Layda Sansores (Campeche) y Delfina Gómez (Estado de México), todas morenistas, están arrastrando la cobija en lo que se refiere a sus índices de aprobación. De acuerdo con el ranking de gobernadores, que mes con mes presenta la casa Mitofsky, estas cuatro mandatarias estatales -de 32- ocupan las posiciones 30, 28, 26 y 19, respectivamente. O sea, en la parte baja de la tabla. ¡Para llorar!

¿Y qué podemos decir de las mujeres en el Congreso de la Unión? Nada bueno. Busquen en YouTube el pleito de verdulería que protagonizaron las senadoras Rocío Abreu, Kenia López y Lilly Téllez. Hasta el debate legislativo ha caído a niveles de arrabal.

¡Qué vergüenza!

 

Contacto.- @yalessandrini1 (Twitter / X)

www.lapoliticamedarisa.mx

Email.- alessandriniyazmin@yahoo.com.mx