Otro momento polémico que vivió Montenegro fue el que tuvo con la ahora cónsul de México en Estambul, Isabel Arvide, quien cuando era periodista la llamó “encueratriz venida a menos”
Foto: Especial | Otro momento polémico que vivió Montenegro fue el que tuvo con la ahora cónsul de México en Estambul, Isabel Arvide, quien cuando era periodista la llamó “encueratriz venida a menos”  

El gremio de la actuación en México está de luto con la noticia del fallecimiento de Aleksandra Aćimović Popović, mejor conocida como Sasha Montenegro, quien dejó una huella imborrable en la cultura popular mexicana al romper con lo establecido.

“Si debemos de mencionar algo que haya identificado a Sasha, fue que logró romper ciertos patrones, sobre todo en un mundo mexicano muy dado a etiquetar a que la mujer solamente cumplía funciones básicas en el cine, pero cuando se habla del género de ficheras que dejó grandes dividendos para la taquilla nacional que hoy no se ven y que marcó un antes y después en la industria, ella es el principal referente”, dijo en entrevista Roberto Rondero, crítico de cine y televisión.

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“Ella encabezó en 1975 Bellas de Noche, la primera cinta de este género que salió del romanticismo y melodrama para retratar a mujeres de la vida galante de una manera más atrevida y ella lo hizo con mucha seguridad, tanto que se logró una segunda parte de esta película”, continuó.

Este cine se vio muy apoyado por una sociedad de los años 70 en la que el erotismo se volvió un espectáculo recurrente que lograba abarrotar las localidades para ver sus películas, por lo que se convirtió en un hito y la personalidad más solicitadas de la industria.

Pero dentro de todo este glamour en torno a la belleza y la imagen de Montenegro, a pesar de haber incursionado en otro tipo de cine e incluso la televisión, no se le vio en grandes papeles posteriores.

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“Nunca la consideré como aspirante a primera actriz definitivamente, tampoco creo que hubiera sido la indicada para papeles muy enigmáticos o profundos, en general su imagen de repente no concordaba con el perfil de actrices que eran solicitadas para los melodramas telenovelescos de esa época. Muestra de ello es Rina, una novela de 1977 que hizo en el fulgor de su carrera junto a Ofelia Medina.

“Aunado a esto, había mucha mala vibra hacia ella porque venía de lo que llamaban ‘el bajo fondo’ y en el ambiente artístico del momento los de la televisión no veían muy bien a los que venían del cine y mucho menos a los de películas de ficheras”, agregó el entrevistado.

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EJEMPLO DEL EMPODERAMIENTO

Debido a esto, Sasha tuvo una carrera parcialmente corta aunque inmortal al frente de las cámaras, por eso se convirtió en una versión nueva de ella, una inalcanzable. Se dio cuenta a tiempo de que ya había hecho lo que tenía que hacer en el mundo cinematográfico, así que tomó la decisión de retirarse y se volvió influyente en el aspecto político.

La actriz rompió en ese sentido el paradigma de la imagen tradicionalista de la política nacional, pues se involucró sentimentalmente con el entonces presidente de México, José López Portillo, quien estaba casado con Carmen Romano y tenía hijos.

“Primero fue una relación muy cerrada, pero conforme el tiempo pasó y Portillo dejó la presidencia, mucho tiempo después contrajeron nupcias y tuvieron dos hijos, otra razón para levantar polémicas en torno a su figura”, agregó.

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Tras el alejamiento de las cámaras, la actriz se retiró de la farándula sin reconocimiento o galardón alguno.

“Ella nunca aspiró a ganar un Ariel o cosas por el estilo, sabía muy bien el tipo de cine que hacía y cómo se vendía, pero yo creo que ahora que inventan muchas categorías, un premio como actriz taquillera le hubiera sido innegable.

“Y al nivel de que ahora se habla del empoderamiento de la mujer, otro de los valores que ella tuvo fue ese, el de darle una notoriedad a la mujer y una seguridad frente a la cámara. Creo que se le quedó a deber mucho”, continuó Rondero.

Otro momento polémico que vivió Montenegro fue el que tuvo con la ahora cónsul de México en Estambul, Isabel Arvide, quien cuando era periodista la llamó “encueratriz venida a menos”.

“Eso tuvo mucho que ver con la sociedad doble moralina y ella demostró que no se iba a dejar de nadie bajo ninguna circunstancia, así que la demandó y le ganó poco más de 5 millones de pesos. Si no se hubiera defendido creo que le hubieran venido muchos más ataques de otros lados”, finalizó Roberto Rondero.

Su fallecimiento a los 78 años fue dado a conocer por Nabila López Portillo, su hija quien aseguró que su mamá murió a causa de un derrame cerebral devenido de un cáncer pulmonar.