La República Bolivariana de Venezuela rechazó de manera categórica el robo por parte de Estados Unidos de América y la República Argentina de la aeronave Boeing 747-300, con siglas YV 3531, propiedad de la Empresa de Transporte Aerocargos del Sur (EMTRASUR S.A.).
Mediante un comunicado emitido a través de X, el canciller de Venezuela, Yvan Gil denunció al gobierno estadounidense y argentino ante la Organización de Aviación Civil de violar todas las normativas que regulan la aeronáutica civil, así como los derechos comerciales, civiles y políticos de la empresa mencionada, poniendo en riesgo la seguridad aeronáutica en la región.
Como respuesta, Venezuela señaló que se tomarán medidas “contundentes, directas y proporcionadas”, por lo que indicó que se usarán todos los recursos disponibles dentro del marco de la Constitución nacional, la diplomacia y el Derecho Internacional.
“Entre los ilícitos cometidos se ha observado el ocultamiento de información al momento de identificar el vuelo (…) que deben ser investigados de manera independiente”, se estipuló.
Mientras tanto, Estados Unidos reveló que confiscó el Boeing 747 debido a que la transferencia del avión de la aerolínea venezolana se realizó sin autorización del gobierno estadounidense, violando leyes de control de exportaciones y beneficiando indebidamente a la Guardia Revolucionaria iraní.
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En consecuencia, el Departamento de Justicia anunció que el avión, de fabricación estadounidense, llegó a Florida y será eliminado.
El Estado venezolano aseguró tomar todas las medidas para restablecer la justicia y devolver la aeronave a su propietario legal, además de señalar que “la vergonzosa operación de rapacería” es solo una de las muchas agresiones delictivas perpetradas contra la República Bolivariana de Venezuela durante más de una década por parte de Estados Unidos.