Cuba detecta reclutamiento ilegal de cubanos para la guerra en Ucrania
 

En un ensayo reciente (30 de enero) para la revista de asuntos internacionales Foreign Affairs, el director de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), William J. Burns, destacó los impactos del conflicto de Ucrania en el estatus global de Rusia y el papel de la inteligencia estadounidense.

Burns, un diplomático experimentado, describió cómo la guerra ha “erosionado silenciosamente” el poder y control de Vladímir Putin, contribuyendo a un descontento entre la población y las élites rusas. Este sentimiento, señaló Burns, ha brindado una rara ventana de oportunidad para la CIA, mejorando su capacidad de reclutar espías dentro de Rusia.

Además, el funcionario detalló el importante costo que el conflicto ha cobrado en las capacidades militares de Rusia. El Ejército ruso ha sufrido inmensas pérdidas, y las estimaciones sugieren que hasta 315 mil soldados han muerto o han resultado heridos. Esto, sumado a la destrucción de una porción significativa del inventario de tanques rusos y al fortalecimiento de la OTAN con Finlandia y próximamente Suecia, ha debilitado severamente el proyecto de modernización militar a largo plazo de Putin.

Las repercusiones económicas para Rusia son igualmente duras. Burns argumentó que el conflicto ha provocado reveses a largo plazo para la economía rusa, empujando a la nación a una incómoda dependencia de China. Esta dinámica en evolución marca un cambio significativo en el equilibrio de poder global, en el que Rusia desempeña un papel cada vez más subordinado a Pekín.

Por otro lado, Ucrania, respaldada por el apoyo occidental, ha demostrado una resiliencia y destreza militar notables, desafiando los avances y estrategias de Rusia. Sin embargo, Burns criticó la complacencia o desinterés de algunos líderes occidentales, y destacó la importancia de que continúe la ayuda militar y financiera. Advirtió que cortar el apoyo a Ucrania en esta coyuntura crítica sería un “autogol de proporciones históricas”.

En el texto, Burns también aborda los desafíos más amplios que enfrentan la CIA y la comunidad de inteligencia. Además, hace hincapié en la naturaleza evolutiva del espionaje y sus áreas de interés, al tiempo que subraya la necesidad de equilibrar la inteligencia humana con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Este equilibrio, según Burns, es fundamental para navegar en un panorama marcado por la competencia estratégica, las amenazas climáticas y las revoluciones tecnológicas.