La estrategia de seguridad pública desplegada en la Ciudad de México en los últimos cinco años ha reducido la incidencia delictiva, al comparar los periodos enero-noviembre de 2019 y el de este año por terminar, en 52 por ciento en 14 delitos de alto impacto, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Entre las seis entidades más pobladas del país, la CDMX presenta la mejor disminución porcentual en términos absolutos, y al comparar la tasa por 100 mil —división resultante del número de delitos y habitantes— se ubica en el cuarto sitio con 305 ilícitos de ese tipo.

Más riesgosos son Estado de México (522), Puebla (349) y Jalisco (316).

En un contexto de 22 masacres de cuatro o más personas durante este 2023 en la entidad definidora socioeconómica y culturalmente de El Bajío, el listado lo completan Guanajuato con 225 —líder en homicidios dolosos de toda la República— y Veracruz con 168.

Aunque hay una reducción significativa en la CDMX, el análisis por alcaldías revela diferencias sustanciales al comparar la tasa, el indicador más certero, pues al medir la frecuencia de eventos entre la población en riesgo, indica más fielmente la dimensión del fenómeno.

El análisis DISI (Di Sí a la Denuncia), con base en datos del SESNSP, los abiertos disponibles más los reportes propios, realizado por el Consejo Ciudadano ubica las alcaldías más inseguras. Cuauhtémoc encabeza las demarcaciones con mayor tasa, con 593.6 delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes. Le siguen Venustiano Carranza con 389.9, Miguel Hidalgo 387.3, Benito Juárez 343.3 y Coyoacán 322.8.

Las tres alcaldías menos pobladas son también las de menor tasa. Cuajimalpa tiene 136.1, Milpa Alta 163 y Magdalena Contreras 163. Esta última, por ejemplo, es el doble de segura que Benito Juárez.

En las dos más pobladas, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, gobernadas por Clara Brugada —ahora precandidata única a suceder a Martí Batres en la Jefatura de Gobierno de la CDMX— y Francisco Chíguil, la tasa es de 252.1 y 252.5.

Como jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum instrumentó una estrategia basada en atender el origen de los delitos, fortalecer las capacidades policiales —capacitación, atribuciones y salario— y la coordinación entre corporaciones locales y federales. Es un plan de equipo de trabajo supervisado diariamente.

Los resultados muestran a la colaboración como el mejor blindaje. Es ilustrativa de distancias significativas de la capital nacional en contraste con otras entidades.

La administración de Miguel Ángel Mancera (2012-2018) cerró con un deterioro en seguridad pública y una tendencia creciente. Paradójicamente su descuido está correlacionado con la profundidad del avance de la siguiente administración. El último año de su gestión se registraron 61 mil 891 delitos de alto impacto.

Coordinarse funciona.

 

@guerrerochipres