En una acción más de centralización del poder (y recursos económicos), los senadores de Morena aprobaron una modificación a las Leyes de Coordinación Fiscal y General de Salud para “meterle mano’’ al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud, que tiene en este momento recursos por 120,000 millones de pesos.

 

En pocas palabras, el Gobierno federal decidirá cómo se entregan estos recursos a los estados, en lugar de utilizar la fórmula que se aplicaba para determinar cuánto dinero se entregaba a cada estado, dependiendo de sus necesidades del sector salud.

 

La decisión, justificaron los legisladores de Morena, es para “evitar actos de corrupción’’, lo mismo que esgrimió López Obrador cuando decidió modificar el sistema de abasto de medicamentos con los resultados que ya todos conocemos.

 

El experimento lopezobradorista de que primero fuera la Secretaría de Hacienda la encargada de realizar las compras consolidadas de medicamentos para todo el sector salud (IMSS, ISSSTE, Insabi, Secretaría de Salud), resultó un total fracaso.

 

Luego se trató de remediar la situación contratando a la UNOPS de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que fuera la intermediaria de la compra de medicamentos, con peores resultados.

 

El desabasto ha sido el sello de esta administración en el tema de salud.

 

Para tratar de corregir esta situación, visible a todas luces, López Obrador anunció la creación de una farmaciotota, en la que, dijo, habrá “todas las medicinas del mundo’’.

 

La farmaciotota está a cargo de un militar (¿por qué no, verdad?) y no se sabe si los recursos que ayer aprobaron los senadores de Morena que ya no entreguen a los estados, la Federación (Hacienda) los tome para la compra para llenar los anaquelotes que tendrá la bodegota.

 

Los recursos serán quitados a los estados que no han firmado su adhesión al programa IMSS-Bienestar, que básicamente consiste en utilizar toda la infraestructura hospitalaria de las entidades federativas y de la Secretaría de Salud para atender a la población que no tiene seguridad social.

 

Estados como Guanajuato, que tienen un sistema público de salud bastante aceptable, se han negado a firmar dicha adhesión; ahora tendrán que litigar para que la Federación entregue los recursos que le corresponden.

 

Todo lo anterior ha sucedido porque, ahora sí, en marzo vamos a tener un sistema nacional de salud nórdico.

 

No se ría.

 

****

Los malos resultados obtenidos por los estudiantes mexicanos evaluados en la prueba PISA, en la que participan los países de la OCDE, no es justo lo que se esperaba.

 

La secretaria de Educación, Leticia Ramírez, justificó que México haya descendido en el aprendizaje de matemáticas y lectura de comprensión “a causa de la pandemia’’.

 

Pidió que se analizara el contexto en el que se hizo la evaluación (hace dos años comenzó la encuesta) para evitar “interpretaciones reduccionistas’’.

 

El argumento parece válido, solo que la pandemia afectó a todas las naciones del mundo, por lo que México no fue un caso aislado que debería estudiarse como una excepción.

 

Otros países crecieron y otros se mantuvieron en el mismo nivel que tenían antes de la pandemia.

 

Es decir, que, si bien se entiende que hubo una afectación a los programas de estudio derivada del encierro de casi un año por la pandemia de Covid, la diferencia estriba en cómo los gobiernos gestionaron la emergencia.

Los resultados de esta prueba confirman los temores de los estudiosos del tema: está podría ser una generación perdida en materia educativa.

 

¿Será para tanto?

 

     @adriantrejo