El encuentro de Palenque Por una Vecindad Fraterna y con Bienestar, convocado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, marcó un hito en la búsqueda de soluciones humanitarias para el complejo fenómeno migratorio que afecta a nuestra región.

Reunidos en Chiapas, las y los presidentes y representantes de una decena de países establecieron el acuerdo de abogar para que el Gobierno de Estados Unidos establezca un proceso de diálogo para evaluar y mejorar sus relaciones bilaterales, así como un plan internacional encaminado a reducir la movilidad y proteger a las personas en tránsito.

Este evento no sólo resalta la importancia de abordar el tema migratorio en el ámbito regional, sino que también pone de manifiesto el liderazgo del presidente López Obrador en este esfuerzo, ya que en todo momento ha demostrado su voluntad por tratar el asunto, haciéndolo, además, desde un punto de vista humanista y no coercitivo.

Tal enfoque se diferencia de la política de mano dura vista en otros lugares, y busca atender las causas profundas de la migración. Asimismo, reconoce la dignidad de las personas que huyen de la violencia, la pobreza y el cambio climático, ofreciendo soluciones reales en lugar de medidas represivas.

La crisis migratoria actual es un recordatorio constante de lo urgente que es atender este tema. El fenómeno se ha visto agravado por el éxodo de población venezolana: tan sólo en 2020, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó que más de 5.6 millones de personas habían abandonado ese país.

Esta crisis regional requiere una respuesta regional. Por eso, la cumbre migratoria de Palenque, a la que asistieron jefas y jefes de Estado y de Gobierno y de delegación de Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, Panamá y Venezuela, constituye un importante paso en ese sentido.

El encuentro se centró en la atención de las personas migrantes en tránsito, pero también en la creación de oportunidades en las regiones de origen. El propio presidente López Obrador ha abogado por programas de desarrollo sostenible que aborden las causas fundamentales de la migración.

Para ello, México pondrá a disposición un esquema de cooperación y asistencia técnica en programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, así como para una plataforma de armonización regulatoria, con miras a crear una agencia de medicamentos de América Latina y el Caribe.

La migración es un desafío global que llama a la reflexión sobre la justicia y los derechos humanos. De ahí que sea una buena señal que las y los mandatarios y representantes acordaran enfrentarlo en forma conjunta, con un enfoque de derechos humanos y anteponiendo el bienestar de los pueblos, así como la dignidad de las personas desplazadas, recordándonos que la justicia y la solidaridad son fundamentales en la búsqueda de soluciones a este desafío.

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