Los legisladores estadounidenses intensifican las negociaciones para tratar de evitar una parálisis de los servicios federales si no se aprueba una ley de presupuesto, con un gigantesco paquete de ayuda a Ucrania en riesgo.

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Cuatro meses después de rozar un default sobre la deuda pública de Estados Unidos, el Congreso debe de adoptar antes del primero de octubre la ley de presupuesto de 2024 para evitar la parálisis del gobierno.

En caso de no hacerlo, los primeros en sufrir las consecuencias serán unos dos millones de funcionarios federales que no recibirán su salario mientras dure lo que se conoce como “shutdown” o cierre de servicios públicos, un extremo que deja sin financiación a parques nacionales, tráfico aéreo, museos y múltiples organismos públicos.

La crisis amenaza directamente la guerra en Ucrania, y es que la Casa Blanca quiere que la ley de presupuesto incluya 24 mil millones de dólares de ayuda militar y humanitaria para Kiev.

El texto que circulaba el martes en el Senado incluye un cuarto de esa suma, alrededor de 6 mil millones de dólares.

Sabedor del riesgo que corre la ayuda financiera a su país en este contexto de polarización política, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visitó el jueves pasado el Congreso para tratar de convencer a los legisladores republicanos y demócratas de ayudarle en la guerra contra Rusia.

En el Senado, de mayoría demócrata, la oposición republicana es favorable a la ayuda a Ucrania. Los dos partidos liberaron unos 110 mil millones de dólares para Ucrania desde 2022.

Pero en la Cámara de Representantes, bajo control republicano, un puñado de legisladores favorables al presidente Donald Trump piden detener el envío de ayuda a Kiev.

Se trata de los mismos legisladores partidarios de la ortodoxia presupuestaria que llevaron a Estados Unidos al borde del default hace cuatro meses.

La exigua mayoría que tienen los republicanos en la Cámara Baja les da un poder desproporcionado a estos representantes.

La orden del expresidente republicano que busca la reelección en 2024 fue “paralizar” al gobierno a menos que resulten aprobadas “todas” sus demandas presupuestales en cuestión en el Congreso.

Durante el gobierno de Trump se produjo el más largo “shutdown” (cierre), como se conoce al cese de flujo de fondos públicos que lleva a la casi parálisis del Estado federal, en 2018.

Según estimaciones de la época, el PIB de Estados Unidos perdió más de 3 mil millones de dólares en ese momento. “El financiamiento del gobierno es una de las responsabilidades elementales del Congreso”, dijo Biden en un video ayer, y pidió a los republicanos de la cámara que “comiencen a hacer su trabajo”.

La Casa Blanca acusó desde el lunes a los “radicales republicanos de la Cámara” de Representantes de tomar el riesgo de “comprometer la asistencia alimentaria vital para casi 7 millones de mujeres y niños vulnerables” y de “jugar con la vida de las personas” que una parálisis de gobierno puede costar.

LEG