Foto: AFP / Habitantes protestaron ayer en la mezquita de Al-Sahaba por la negligencia ante las dos presas que se rompieron y provocaron las inundaciones  

Los habitantes de Derna, en el este de Libia, se manifestaron ayer para exigir a las autoridades que rindan cuentas de su gestión de las trágicas inundaciones que dejaron más de 3 mil 300 muertos, según el último balance oficial, aún provisional.

Centenares de personas se concentraron delante de la gran mezquita de esta ciudad e hicieron proclamas contra las autoridades.

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“El pueblo quiere la caída del Parlamento”, “águila (Saleh, jefe del gobierno del este) es el enemigo de Dios” o “aquellos que han robado o traicionado deben ser colgados”, fueron algunos de los cánticos de los manifestantes.

En un comunicado leído durante la protesta, también pidieron que “se establezca urgentemente una oficina de apoyo de la ONU en Derna” y que se impulse “un proceso de reconstrucción de la ciudad y de compensación de los habitantes afectados”, además de exigir la disolución del Consejo Municipal.

Pocas horas después de la manifestación, el jefe del Ejecutivo en el este de Libia, Osama Hamad, disolvió el Consejo Municipal de Derna y ordenó la apertura de una investigación, anunció la televisión libia Al Masar.

Según politólogos y analistas, el caos en Libia favoreció el deterioro de infraestructuras vitales, como las represas de Derna, cuyo hundimiento provocó las inundaciones del 10 de septiembre que devastaron la ciudad. Las dos presentaban desde el año 1998 grietas que nunca fueron reparadas.

El agua sumergió una superficie de 6 km2 densamente poblados, lo que dañó mil 500 edificios. Un gran número de ellos, 891, fueron “borrados del mapa”, según estimaciones del gobierno de Trípoli basadas en imágenes de satélite tomadas antes y después de las inundaciones.

La respuesta y la organización de las tareas de rescate se vieron obstaculizadas por el caos político reinante en Libia desde la caída y muerte del dictador Muamar Gadafi en 2011.

Actualmente, Libia tiene dos gobiernos enfrentados, uno en Trípoli, reconocido por la ONU, y otro en el este, la zona siniestrada.

Organizaciones humanitarias internacionales y responsables locales avisaron de que el balance final podría ser mucho más elevado, debido a los miles de desaparecidos que los rescatistas libios y extranjeros siguen buscando.

Temen aumento de enfermedades

Mientras los habitantes de la zona devastada critican la gestión de las autoridades, las agencias de la ONU luchan por prevenir la propagación de enfermedades en esa ciudad.

La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (Manul) explicó en un comunicado que equipos de nueve agencias apoyan a los damnificados por la tormenta Daniel que golpeó el este de Libia.

Las autoridades locales, las agencias y el equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) están preocupados “por el riesgo de propagación de enfermedades, en particular por el agua contaminada y la falta de higiene”, indicó la misión de la ONU.

“Sigue trabajando para prevenir la propagación de enfermedades y evitar una segunda crisis devastadora en la región”, añadió la misión.

La Media Luna Roja anunció una plataforma de recuento de los desaparecidos e invitó a la población a facilitar información.

En Derna hay equipos de emergencia desplegados provenientes de Francia, Grecia, Irán, Rusia, Arabia Saudita, Túnez, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.

LEG