Vladímir Putin
Foto: AFP | A unas semanas de celebrarse la cumbre de las BRICS, Cyril Ramaphosa hablo sobre la supuesta detención de Vladímir Putin.  

Detener a Vladímir Putin sería una declaración de guerra a Rusia, afirmó el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en un documento publicado el martes, en pleno debate nacional sobre la visita del mandatario en la próxima cumbre de los BRICS.

Putin es invitado a la cumbre de ese grupo de cinco grandes potencias emergentes (Sudáfrica, Brasil, China, India y Rusia) prevista del 22 al 24 de agosto en Johanesburgo.

Pero el presidente ruso es objeto desde marzo de un mandato de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por crimen de guerra de “deportación” de niños ucranianos tras la invasión de Ucrania, acusaciones rechazadas por el gobierno ruso.

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Como miembro de la CPI, Sudáfrica teóricamente debería detener a Putin si ingresa a su territorio. Un gran dilema diplomático para el gobierno, que rechaza condenar a Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.

El caso tomó un rumbo judicial, pues el principal partido opositor sudafricano, la Alianza democrática (DA), trata a través de la justicia de forzar al gobierno a velar para que Putin sea detenido y entregado a la CPI si pisa Sudáfrica.

En una declaración juramentada, Ramaphosa calificó la petición de ese partido de “irresponsable”.

“Rusia claramente indicó que cualquier detención de su presidente en ejercicio equivaldría a una declaración de guerra. No sería coherente con nuestra constitución arriesgarse a involucrar al país en una guerra con Rusia”, escribió.

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Sudáfrica busca obtener una derogación de las reglas de la CPI, pues la detención de Putin podría amenazar “la seguridad, la paz y el orden del Estado”, precisó Ramaphosa en ese texto firmado en junio y clasificado en principio confidencial, antes de que la Corte lo difundiera.

El grupo de los BRICS busca influir más en las instituciones internacionales hasta ahora dominadas por Estados Unidos y Europa.

Esta será la 15ª cumbre de los BRICS y se realizará en Johannesburgo en un centro de convenciones.

Sudáfrica mantiene con Rusia estrechos vínculos, ya que en la época del apartheid el Kremlin apoyó a Nelson Mandela y a su partido –actualmente en el gobierno– en la lucha contra el régimen racista.