Tanto supuesto estudio en el extranjero, tanto diploma, tantas cirugías en la cara para parecer más refinado y todo para terminar siendo un coyote o bien un gestor de pluma cara, esa es la nueva actividad de Napoleón Gómez Urrutia, quien de mayo a la fecha se ha dedicado a activar oficinas para tramitar, dice, el pago correcto de utilidades, derecho que él mismo limitó y que hoy cínicamente reclama.

No olvidemos que la pieza clave para su nuevo negocio se dio en 2019, cuando Napillo, como presidente de la Comisión de Trabajo del Senado de la República, no sólo promovió, sino que aseguró a todos los trabajadores de México que la reforma laboral que estaba promocionando era la mejor en años y que sólo traería beneficios, votó a favor, junto con otros tantos que de igual manera traicionaron a sus representados.

La reforma fue aprobada sin decirles a los trabajadores que limitaba las utilidades a tres meses y que se reducirían incluso entre 80% y 90%.

Se atrevieron a pasar por encima del mandato constitucional y bastó que anexaran al artículo 127 una nueva fracción, la VIII: “El monto de la participación de las utilidades tendrá como límite máximo tres meses del salario del trabajador o el promedio de la participación recibida en los últimos tres años, se aplicará el monto que resulte más favorable al trabajador”, con esta adhesión a la ley, ignoraron la Constitución y desde la comodidad de sus curules pulverizaron la posibilidad de que los trabajadores accedieran a un mayor bienestar.

Como un verdadero representante obrero, minero y como diputado federal me opuse a la modificación de la reforma laboral y hoy sigo luchando por derogar la fracción VIII al artículo 127 y a la par amparando a todos los mineros del FRENTE para recuperar nuestro derecho constitucional.

Por su parte Napillo, con el daño hecho y con la facilidad con la que se maneja un mitómano, alecciona a sus allegados para ir con los trabajadores mineros y engañarlos al asegurarles que les regresará lo que les quitó, que los empresarios no les quieren entregar, ocasionando enfrentamientos, tomas violentas de sedes sindicales y paros ilegales.

Es ahí donde opera el “coyote de las utilidades”, crea el problema, engaña a los trabajadores e inicia un paro ilegal, donde exige a la compañía que le den no el 10% que indica la Constitución, sino que amenaza con continuar el paro si no le entregan lo que él quiere.

Recientemente, exigió a una empresa 16% sólo porque le dio la gana, una vez más extorsiona empresas y utiliza a los trabajadores para llenar sus bolsillos, ya que el dinero que controla Napillo carece de transparencia y es motivo de malos manejos, como los mil millones de pesos que les robó a los mineros de Cananea y que se resiste a pagar.

Retamos a Napillo a que dé la cara a los mineros y a los trabajadores de México y que trate de explicar, con recibo en mano, dónde estuvo el beneficio de limitar las utilidades, seguramente ni aceptará y ni responderá, así como tampoco responde de dónde paga sus viajes en aviones privados, de dónde sale el dinero para vivir como millonario o cómo pagó sus mansiones.

Por si fuera poco, después de este duro golpe que dio a los trabajadores, el cínico levanta la mano a las llamadas corcholatas para decirles que no saben nada de política laboral, que ahí está él para darles luz, como bien dicen, parece chiste pero es anécdota.

 

     @CarlosPavonC