México cometería un grave error estratégico si desdeña las iniciativas de legisladores republicanos contra la estrategia de seguridad mexicana, porque hasta ahora todos los indicios adelantan que el partido de Trump podría alzarse en noviembre de 2024, con la victoria en las dos cámaras y en la Casa Blanca.

Y entonces, que el escenario republicano agarre confesados al nuevo Gobierno mexicano que se votará en junio del próximo año.

Palacio Nacional y la cancillería de Ebrard y ahora de la diplomática Bárcena no están tomando en serio los acosos estadounidenses, pero deben de entender que detrás de estos endurecimientos políticos existe la explotación del voto antimexicano que ha decidido elecciones presidenciales.

Pasar a México del Comando Norte que tiene que ver con escenarios geopolítico de la sombrilla de seguridad nacional al Comando Sur sólo operativo e intervencionista en países que no han querido resolver su problema de narcotráfico se va a convertir en un factor de presión creciente para una estrategia mexicana contraria a los intereses estadounidenses.

A esta iniciativa presentada el pasado fin de semana se agregan otras ya ocurridas para caracterizar al crimen organizado mexicano como organizaciones terroristas y el intervencionismo creciente de la DEA, por encima de los compromisos de regulación de actividades que tiene la ley mexicana de seguridad nacional, para realizar acciones operativas civiles y militares de EU en México, con o sin la autorización de oficinas mexicanas de Gobierno.

La iniciativa del congresista Ken Calvert ya encontró apoyos en el Congreso y en el Senado ya están obligando el presidente Joseph Biden a ir más allá de su apoyo pasivo a México, en función de que el fentanilo que está matando a casi 100 mil americanos al año se produce en este país, cruza la frontera y es ofertado al menudeo por cárteles mexicanos instalados en EU.

Zona Zero

  • Junio ha pasado a la historia como el de mayor agresión violenta, cualquiera que haya sido el nivel de sus justificaciones. El atentado mortal contra el jefe de las autodefensas de Michoacán, Hipólito Mora, es un desafío al Estado mexicano, independiente de las razones necias del afectado para desatender consejos de seguridad. La respuesta de los seguidores de Mora va a escalar una crisis política que afectará al estado de Michoacán, gobernado por un sustituto porque el original fue destituido por el INE de Córdova, en beneficio del crimen organizado.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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