El resultado electoral del Estado de México se tejió con mano negra.

O mejor dicho, con dos.

Las dos a favor del partido del Gobierno y de su candidata Delfina Gómez, a quien dieron el último empujón para ampliar diferencias con Alejandra del Moral.

La historia fue la siguiente:

Pasado el mediodía, las encuestas de salida daban una contienda, si no pareja, de márgenes muy estrechos para la futura gobernadora.

Ante esa situación, los activistas del movimiento oficial hacían esfuerzos desesperados por movilizar bases por todos lados, en especial las zonas rurales e inclusive con gente llegada de fuera.

Nada extraño para quien burla sistemáticamente la ley, pues fueron localizados varios operadores y algunos de ellos detenidos en plena promoción por Morena, como es el caso del presidente municipal de Chucándiro, Michoacán, Iván Guadalupe López Colín.

Su caso es para las fiscalías Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) y General de la República (FGR), a cargo del lopezobradorista José Agustín Ortiz Pinchetti y el abogado Alejandro Gertz Manero.

Las denuncias contra morenistas terminarán como siempre, en la inacción, pero blandirán la espada de la persecución y de la justicia contra opositores señalados.

HOY VOTO, LUEGO COBRO

No divaguemos.

Al oficialismo le llegó la ayuda de aliados.

Hasta ese momento tanto el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) como Movimiento Ciudadano (MC) no habían llevado a sus huestes a las casillas a votar.

Enterados, demostraron su fuerza: sacaron a militantes y simpatizantes de sus casas, se formaron ante las urnas y en bloque impulsaron a la candidata lopezobradorista.

Hicieron notar su fuerza:

Sin su respaldo, demostraron directivos mexiquenses y nacionales, la ventaja de Delfina Gómez sobre Alejandra del Moral era muy ajustada, a lo sumo de tres puntos.

Pero ellos hicieron posible ensanchar la diferencia: entre las tres y las seis de la tarde aportaron algo así como seis puntos y de esa manera logró cerrar la jornada con una victoria holgada.

Su mensaje es claro:

Si los ejércitos de José Alberto Couttolenc y Juan Zepeda hubieran decidido jugar con la otra alianza, la encabezada por Alejandra del Moral, habrían cambiado la historia mexiquense.

Algo difícil de imaginar, dada la cruzada de MC -liderada por el golpeador Salomón Chertorivski- contra el PRI porque con él ni a la esquina.

Ah, pero el mensaje lleva hacia el 2024: deben ser tomados en cuenta por el Gobierno y eso significa ofrecerles posiciones en ambas cámaras, el Senado y la de Diputados, y de ser posible en el gabinete.

Como dice el slogan morenista, amor con amor se paga.

CADA QUIEN SU CULPABLE

En la derrota, cada bando crea sus culpables.

Mario Delgado no asume su falta de operación política en Coahuila y responsabiliza al PT y al Verde de dividir a Morena y quitar simpatías al fracasado Armando Guadiana.

En el caso mexiquense, el PRI de Alejandro Moreno voltea hacia Palacio de Gobierno de Toluca e inclusive la vocera y diputada Paloma Sánchez acusó directamente de “traición” al gobernador Alfredo del Mazo.

Él fue mano en la designación de la candidata, a quien prefirió sobre Ana Lilia Herrera, favorita del priismo y del dirigente Alejandro Moreno, Alito.

LEG

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