"Cuando se dan de alta, les damos orientación e indicaciones de su tratamiento en cuanto al cuidado de su dieta"
Foto: Especial | "Cuando se dan de alta, les damos orientación e indicaciones de su tratamiento en cuanto al cuidado de su dieta"  

Promover hábitos saludables de alimentación y mejorar el estado nutricional de las familias derechohabientes constituye un pilar muy importante del modelo preventivo de salud, que aplica el nuevo Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y es factor determinante para reducir la morbilidad y mortalidad.

En el marco del Día Mundial de la Nutrición, que se conmemora el 28 de mayo, el director general del ISSSTE, Pedro Zenteno Santaella, llamó a las y los nutriólogos del instituto a sumar esfuerzos para sensibilizar a la población respecto a la importancia del autocuidado de su alimentación y de hacer ejercicio regularmente para prevenir sobrepeso, obesidad y reducir riesgos graves contra la salud, que podrían traducirse en enfermedades crónicas no transmisibles.

Indicadores epidemiológicos del organismo refieren que, en 2021, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial se ubicaron entre los padecimientos crónicos que más afectaron a la derechohabiencia. Se atendió a un millón 48 mil 706 pacientes adultos con diabetes, lo que equivale a una prevalencia de 11.9 por ciento, y un millón 271 mil 492 adultos con hipertensión, que representó 9.8 por ciento. Ambas patologías están asociadas a sobrepeso y obesidad.

Al respecto, la jefa de la División de Nutrición del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de noviembre”, Elizabeth Yoatzin González Jiménez, señaló: “El principal reto que tenemos con la población es a nivel preventivo, para evitar enfermedades crónico-degenerativas y favorecer su control. Nuestras intervenciones tienen el propósito de evitar que se llegue a hospitales de tercer nivel o a este centro médico cuando ya tienen enfermedades avanzadas y/o complicaciones de mayor riesgo”.

En este nosocomio contamos con un esquema muy claro del proceso de intervención nutricia, enfatizó. En primer lugar, identificamos el riesgo mediante un tamizaje nutricional en donde valoramos si se requiere control más especializado.

Posteriormente, explicó, valoramos su estado de nutrición de manera individualizada, donde consideramos indicadores como: edad, sexo, peso y estatura; resultados de estudios de laboratorio; signos clínicos como características de piel y uñas, entre otros, además de los dietéticos, que toman en cuenta usos y costumbres alimentarias, de acuerdo con su procedencia, ya que en este hospital se atienden personas de todo el país.

Con estos elementos, detalló Elizabeth González, diseñamos un plan nutricional personalizado, ya sea con alimentación vía oral o con nutrición enteral, que va por sonda para pacientes que así lo requieran y su condición sea más delicada.

“Trabajamos de manera conjunta con equipos multidisciplinarios en más de 60 especialidades y establecemos objetivos y metas de nuestra intervención para coadyuvar a la recuperación, así como evitar complicaciones.”

Precisó que, durante la estancia hospitalaria, especialistas establecen un sistema de monitoreo y seguimiento. “Cuando se dan de alta, les damos orientación e indicaciones de su tratamiento en cuanto al cuidado de su dieta para que continúen en su casa y progresen paulatinamente hasta su completa rehabilitación”.

La especialista en nutrición exhortó a la población a identificar qué aspectos de su estilo de vida favorecen las enfermedades para cambiar a hábitos saludables, pues está demostrado científicamente que el sedentarismo, alto consumo de sal, azúcar, grasas saturadas y grasas trans, presentes en alimentos ultraprocesados, son factores que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles desde edades tempranas, y todos podemos hacer algo por evitarlo.

AR