Gracias al cine independiente, Paz Encina le fue posible hablar de un tema de relevancia social como lo es el desplazamiento forzado de las comunidades indígenas, sin importar su nacionalidad, asegura la cineasta.
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“El cine independiente me ha enseñado muchas cosas, pero hacer esta película me mostró que a veces hay que hablar de temas que uno como director no tenía previsto y sobre todo, que existen ocasiones en que las historias dan un giro totalmente inesperado, pero que a fin de cuentas cuando se tiene corazón entrega y empatía, se puede lograr un buen resultado como EAMI, declaró a 24 HORAS directora de la cinta.
En ella narra a manera de docuficción la historia de una niña sobreviviente al desplazamiento forzado de una comunidad indígena. A través de grabaciones de sonido que documentan el evento en el que la comunidad Ayoreo Totobiegosode del Chaco Paraguayo fue desplazada violentamente de sus tierras.
“En un inicio no tenía pensado contar esta historia, ni tampoco tenía pensado trabajar con esta comunidad. Yo quería contar una historia de amor, porque me habían dicho que había una historia entre dos hermanos, era totalmente diferente lo que iba buscando pero creo que los habitantes me estaban buscando de alguna manera y sentí la necesidad de responderles aunque fuera algo completamente diferente a lo que iba a hacer”, contó Encina.
La cineasta asegura que se acercó a hablar con el líder de la comunidad quien le dijo que, “esa historia existe acá, pero nosotros no nos interesa hablar de eso”, la forma tan directa en que me lo contó me dejó un poco cortada y entonces le pregunté de qué querían hablar.
“Su respuesta fue tajante y me dijo ‘necesitamos que nos ayudes a contar lo que implica para nosotros dejar nuestro territorio’”.
La cineasta accedió casi de inmediato, pensando que iba a ser un corto de 30 a 40 minutos o algo por el estilo, pero terminó siendo un largometraje al que aún se pregunta cómo es que llegó a plasmarlo.
Sin embargo, el hecho de la improvisación en el momento llevó a la realizadora a tener muchos problemas en el rodaje.
“Durante todo el montaje, estuve muy asustada porque no sabía si tenía una película y se lo tuve que contar a mi montajista en la mesa, entonces ella hizo una labor casi de entrevista conmigo para recordar cómo lo había hecho en mis películas anteriores, así que me presentó una propuesta y realizamos pequeñas maquetas sonoras y sobre esas maquetas montamos la historia que armamos de lo que ya teníamos. Fue una dinámica totalmente distinta a todo lo que había hecho”, agregó Paz.
Además la realizadora aseguró que el haberse topado con tantas dificultades ha hecho valorar la recepción de la cinta en el público y con los habitantes indígenas.
“Considero que cumplí mi palabra y compromiso con los habitantes. Yo siento que yo no soy la directora de una película, sino que soy la traductora de un mundo”.
“Me enorgullece mucho respecto a este trabajo que fue en conjunto y que pudimos llegar al Parlamento de Paraguay y tuvo el reconocimiento por parte del Senado y para mí fue muy importante que todo el reclamo de la mayoría se escuchara”, concluyó Encina.
EAMI, estrenará el 12 de mayo.
SABÍAS QUE
La historia de esta cinta dio un giro total luego de que la cineasta se acercara a la comunidad a solicitar el permiso para su filmación pues el jefe de la tibú le dijo que: “necesitamos que nos ayudes a contar lo que implica para nosotros dejar nuestro territorio”
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