La situación actual de las infancias en México enfrenta grandes desafíos, especialmente en el contexto posterior a la pandemia de Covid-19, ya que, de acuerdo con la Unicef, más de la mitad de las niñas, niños y adolescentes se encuentran en situación de pobreza, y alrededor de 4 millones, en pobreza extrema.

A propósito de la celebración del Día del Niño y de la Niña, conviene reflexionar respecto a lo anterior. La emergencia sanitaria afectó significativamente la educación en territorio nacional, debido al cierre masivo de instituciones educativas, con el fin de evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 y mitigar su impacto.

En tal sentido, es fundamental valorar la educación, su estado actual y sus desafíos. Investigaciones de especialistas en el tema coinciden en que es necesario promover una educación inclusiva y de calidad para las niñas y los niños, especialmente de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

En cuanto a los avances en los derechos de las infancias en México, es importante destacar que el Estado ha ratificado tratados internacionales, como la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989, lo que permite la promoción de diversas políticas y programas que buscan garantizar el bienestar de las y los menores, y protegerlos de cualquier forma de violencia y discriminación.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer para asegurar el pleno cumplimiento de estos derechos, en particular en lo que se refiere a la eliminación del trabajo infantil y la violencia de género contra las niñas y adolescentes.

De ahí que los retos y avances en materia de los derechos de las infancias en México sean tema de gran importancia y requieran de una atención urgente, ya que, como señala Unicef en su informe anual, la niñez en nuestro país enfrenta desafíos como pobreza, desigualdad y discriminación.

La mencionada Convención sobre los Derechos del Niño reconoce la dignidad humana fundamental de todas las niñas y los niños, así como la pertinencia de velar por su bienestar y desarrollo. Por tanto, garantizar el cumplimiento de los derechos de las infancias es fundamental para proteger sus vidas y su futuro.

De manera inconcebible, persisten prácticas nocivas, como el castigo corporal y la violencia sexual, que deben ser prohibidas y sancionadas por leyes federales y estatales. Además, la detención y privación de libertad de niñas, niños y adolescentes, por su condición migratoria, es otro tema preocupante que requiere nuestra atención.

Al respecto, el desafío actual consiste en reforzar y promover políticas y programas que busquen garantizar el bienestar de las y los menores de nuestro país, y protegerlos de cualquier forma de violencia y discriminación, así como asegurar su acceso a una educación inclusiva y de calidad.

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