La mayoría de los participantes del mercado estiman, por ahora, que el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) habrá de mantener sin cambios la tasa interbancaria a un día en el 5%.

Sin embargo, hay algunos que piensan que podría ese banco central tomar la decisión de iniciar una moderación en el costo del dinero y bajar la tasa al 4.75%, pero también están aquellos que creen que la Fed tiene margen para sellar su intransigencia contra las presiones inflacionarias y decidirán un aumento de otro cuarto de punto, hasta el 5.25%.

Son tres semanas las que faltan antes de la reunión del 2 y 3 de mayo cuando se asumirá esa decisión, pero hasta ahora las señales vigentes son las de una economía sólida, que se aleja de los pronósticos de una recesión y que mantiene algunas presiones en la inflación subyacente que los banqueros centrales estadounidenses garantizan que van a combatir.

Es un hecho que los índices generales de la inflación en Estados Unidos y México han moderado sus incrementos, pero también lo es que las presiones en el corazón de la formación de precios se mantienen en las dos economías.

Pero mientras allá se abre este debate, especulación, sobre un nuevo incremento o no de la tasa de referencia de la Fed, acá existe prácticamente la certeza de que la tasa interbancaria referencial del Banco de México ya tocó un techo en el 11.25%.

A reserva de conocer las minutas de la más reciente reunión de la Junta de Gobierno del Banxico, tal certeza puede resultar contraproducente en ese baile coordinado que, a querer o no, debe mantener el banco central mexicano con la Reserva Federal.

Si se diera el escenario de un aumento de 25 puntos base en Estados Unidos y dos semanas después no se corresponde con un aumento de la tasa mexicana, podría darse una corrección cambiaria que podría generar un nerviosismo innecesario en los mercados financieros.

Antes de la reunión de la Fed de mayo conoceremos la inflación de marzo que se publicará este miércoles. Y antes de la decisión del Banxico ya conocimos la inflación general de marzo pasado, del 6.85%, y tendrán disponible el dato de la inflación de abril.

En el remoto caso de una baja en la tasa en Estados Unidos, con la esperada estabilidad en México, la expectativa cambiaria es la contraria, una mayor apreciación del peso y los capitales buscando rendimientos en los mercados emergentes.

Y si las dos tasas se mantienen, serán otros datos los determinantes del comportamiento de los mercados.

El punto es que no hay ni sumisión ni pérdida de soberanía si el banco central mexicano sigue los pasos del banco central estadounidense, es simplemente el reconocimiento de que la Fed genera unas olas de tal tamaño que es mejor surfearlas que paralizarse para que nos arrastre.

Veremos pues este jueves en las minutas de la pasada reunión del Banxico si ya consideran cómo enfrentar esta inevitable fase de armonizar las respuestas en los mercados financieros ante las diferencias en las políticas monetarias de nuestro país y Estados Unidos.

 

    @campossuarez