En los próximos días, miles de familias mineras podrían recibir un nueva resolución a su favor (como si hiciera falta). Se espera que los tribunales de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) ordenen, por quinta ocasión, que Napillo y el sindicato minero regresen los mil millones de pesos que les robaron a los trabajadores de Cananea.

Se trata de un millonario desvío de recursos que cometió el hoy senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia, contra aproximadamente 11 mil mineros: les quitó a la brava 55 millones de dólares provenientes de la venta de acciones de Mexicana de Cananea y que servirían para el pago de pensiones y jubilaciones de estos.

Estamos hablando del quinto laudo, hagamos memoria, la primera denuncia que se interpuso contra Napillo por este robo fue en 2006, es decir, hace 17 años, y en estos se ha vivido una larga historia de injusticia e impunidad.

Tras el robo, Gómez Urrutia ha hecho de todo para eludir las acusaciones, se autoexilió en Canadá y vivió como millonario y a la par echó a andar una maquinaria para intimidar y presionar a los gobiernos con el fin de que le retiraran las acusaciones, incluso este método lo ha aplicado en esta administración, quienes en muchos momentos, le han protegido y tendido la mano.

Lo pudimos ver en agosto pasado, Napillo montó un showcito en Sonora y ordenó a extrabajadores y familiares realizar un bloqueo carretero, por horas el entronque Cananea-Imuris se vio afectado, paralizando tráileres, camiones de pasajeros y cualquier tipo de vehículo que quisiera circular por la importante vía, esa vez lo hizo para enturbiar la visita del presidente López Obrador a esa entidad. Es su manera de presionar al Gobierno cada vez que se sube a la agenda política el tema del robo de los 55 millones de dólares o mejor dicho, de los mil millones de pesos.

La estrategia de Napillo también es internacional, es canadiense y engañó a todos para ocupar una curul en el Senado mexicano. Ya lo han dicho en varios medios de comunicación, Napillo trabaja para los extranjeros, es un aliado de ellos y no de México, y es que se empeña en cerrar mediante huelgas y paros locos fuentes de empleo en nuestro país, para que las empresas migren a Estados Unidos o Canadá. Curiosamente desde que cometió el robo, Gómez Urrutia contó con la protección de los steelworkers y de otras organizaciones a las que ha hecho importantes y constantes aportaciones económicas.

Nada es casualidad, el quinto laudo se acerca y seguramente Napillo lo sabe y si no, aquí le informamos. Hace unos días el millonario senador de Morena protagonizó un escándalo más, rompiendo los protocolos irrumpió en una de las sesiones de la Cámara alta para que sus amistades provenientes del Reino Unido se tomaran una foto en el pleno del Senado, no le importó que el tema fuera la muerte de un importante número de migrante en Ciudad Juárez, él quería mostrar a toda costa que los extranjeros lo apoyan.

En 2012, la JFCA otorgó el primer laudo en favor de los trabajadores, de ahí ya suman cuatro, donde se le ha ordenado al sindicato minero y a Napoleón Gómez Urrutia, en dos ocasiones a cada uno, regresar el dinero a los trabajadores, no lo han hecho, han desobedecido y se han desistido. Él se dice dueño del sindicato y como tal dueño de todos los recursos.

Este quinto laudo debiera ser definitivo. Sería un gran hecho de justicia que esta administración terminará con esta larga historia y que se cumpliera la tan repetida frase del presidente López Obrador: “Al margen de la ley nada; y por encima de la Ley, nadie”.

No más impunidad para Gómez Urrutia.

 

     @CarlosPavonC