Como en pocas coyunturas estratégicas, México tiene hoy la oportunidad de jugar en los espacios políticos estadounidenses para obtener mayores beneficios: la lucha política Donald Trump-Joseph Biden necesita definir qué tipo de alianza quiere con México por sus efectos en los votos de mexicanos en elecciones estadounidenses.

Las vacilaciones políticas de Biden ya le hicieron perder una ventaja: el viernes pasado el presidente López Obrador se puso al lado del expresidente Trump, quizá pensando en que el juicio por una actriz porno llevaba el sentido de desbarrancar la muy adelantada precandidatura presidencial republicana, como le ocurrió a López Obrador con el desafuero de 2004-2005 para sacarlo de la carrera presidencial del 2006.

Ahora le costará más trabajo al presidente Biden -en caso de que lo estime pertinente- para conseguir algún acuerdo político con López Obrador en la agenda tan desordenada entre las dos naciones, sobre todo con las evidencias adelantada de que los temas mexicanos serán centrales en las elecciones presidenciales americanas de 2024, después de resueltas las elecciones mexicanas presidenciales también en ese mismo año.

Biden debió de haberse adelantado a la declaración mexicana favorable a Trump, aunque fuera con el sentido de cerrarle espacios políticos al expresidente, pero los sectores estratégicos de la Casa Blanca han perdido la sensibilidad política.

Si el presidente López Obrador sigue apoyando a Trump, la candidatura demócrata estará en problemas porque los posicionamientos mexicanos siempre han influido en el ánimo de los votantes de origen mexicano en Estados Unidos. Y conociendo a Trump, el expresidente es capaz de negociar con Palacio Nacional y quitarle aliados y votos a Biden.

La política es un juego de estrategias.

Zona Zero

  • Palacio Nacional ya había enviado algunas señales de que tiene muy clara la situación electoral estadounidense: la amenaza de movilizar a las comunidades mexicanas contra los republicanos que promueven mayores intervencionismos militares en México; sin embargo, tampoco en la Casa Blanca pareció haberse entendido este juego de espejos mexicanos y nada han hecho los demócratas para tomar el control de las estrategias de seguridad que afectan a México y que podrían conducir a intervencionismos militares.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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