Foto: AFP / Imágenes icónicas del desplazamiento y sufrimiento que viven las mujeres en Ucrania en medio de la invasión rusa  

Las mujeres son las primeras víctimas de las guerras y relegadas de los esfuerzos de paz, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero para “modificar esta noción de que las mujeres son el blanco fácil de la guerra”, se necesitan acciones de raíz para cambiar el sistema.

TE PUEDE INTERESAR: 8M: Las mujeres salen a la calle en todo el mundo a defender sus derechos

“Algún día vamos a modificar esta noción de que las mujeres son el blanco fácil en la guerra. Tenemos que apostarle a un cambio de cultura, la prevención de la violencia de género, de esta desigualdad, está en las raíces, en cambiar la desigualdad de poder, en cambiar la discriminación sistémica, en atacar las raíces de lo que genera esta violencia”, reclama Sofía Cardona Huerta, asociada senior de Protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) México, en entrevista para 24 HORAS.

Esta situación se refleja claramente con la invasión de Rusia en Ucrania, donde millones de mujeres deben desplazarse o huir del país que las vio nacer.

“Los riesgos son específicos y se diferencían, cuando vemos a las mujeres ucranianas, nos encontramos que el desplazamiento ha sido, primero al interior del país, porque se han visto forzadas a dejar todo lo que tenían para preservar su vida”, comenta Cardona Huerta.

Uno de los principales problemas es el obtener documentación que les permita poder establecerse en nuevos países, incluso en los países más cercanos al conflicto como Polonia, Moldavia, Rumania, Eslovaquia, República Checa o Alemania, para poder obtener un hogar donde vivir.

“El no poder tener tu propio alojamiento o una propia casa, implica riesgos de violencia de género, el estar en centros de recepción masivos o en casos más extremos en situación de calle”, explica la integrante de la agencia.

Para contraatacar estas situaciones, la Acnur trabaja con gobierno, donantes y agencias de todo el mundo para establecer mecanismos de respuesta, aunque el problema más complicado, no solo en conflictos armados, sino en muchas otras problemáticas que generan desplazamientos, es la prevención.

“La prevención implica una visión a largo plazo, y es a veces muy difícil que gobierno, donantes, inclusive que agencias se puedan comprometer a programas de prevención de violencia (de género) en donde quizá los resultados los vas a ver en 5 o 10 años”, añade Cardona Huerta.

Mientras tanto, los enemigos antagónicos del conflicto que cumplió un año el pasado 24 de febrero, Volodímir Zelenski (Ucrania) y Vladimir Putin (Rusia), coincidieron en agradecer el papel de las mujeres en el conflicto entre ambos países, sin tener una solución pronta al conflicto que ha ha dejado más de 8 millones de personas refugiadas procedentes de Ucrania en toda Europa, 17.6 millones que necesitan asistencia humanitaria urgente en ese país y más de 5 millones desplazadas al interior, según cifras de la propia Acnur.

MUJERES, BLANCO FÁCIL DE LA GUERRA

“Han llegado algunas personas hacia América Latina. Lo que vimos más fueron llegadas a México a fin de que pudieran beneficiarse de ir a Estados Unidos”, en el cual buscó evitar que hubiera movimientos inseguros”.

“Muchas veces la respuesta principal es asegurar que todos los mecanismos de respuesta están listos, desde Acnur o las agencia de la ONU, la principal prioridad es el mapeo de servicios de calidad para las sobrevivientes de violencia de género”.

Sofía Cardona Huerta
Asociada senior de Protección de la Acnur.

Las mujeres en el frente de Ucrania

Tetiana es voluntaria en un centro para atender soldados ucranianos heridos en Siversk. En esta faceta de su vida, viste una chaqueta roja uniforme de la Cruz Roja y pertenece a una brigada.

Si los soldados tienen heridas leves, son tratados en el lugar. Pero si son graves deben ser trasladados a ciudades más grandes, cuenta. En el frente, cada unidad dispone de su propio centro donde hay médicos, anestesistas, cirujanos y enfermeras voluntarias que son civiles.

Desde la invasión son muchas las mujeres que se unieron a estas organizaciones. “Tengo conocimientos básicos que son útiles para estabilizar a los pacientes y transportarlos. Quizás no soy lo suficientemente valiente como para alistarme en el Ejército, pero hago lo máximo que puedo para acercarnos un poco más a la victoria”, explica. Su mensaje para el 8M: “Lucha y vencerás”.

Con información de AFP 

LEG