Fotos: Kayley Arceo | Portando sus vestimentas típicas en su mayoría de colores vivos, al ritmo de aplausos y consignas como: "aplaudan, aplaudan no dejen de aplaudir que todos los pueblos nos deben de oír"  

La tarde de este miércoles el movimiento de Mujeres Indígenas Originarias y Afrodecendientes de la Ciudad de México se dio cita en el Hemiciclo a Juárez para hacerse visibles por primera vez en la marcha del 8 de marzo 2023 con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Portando sus vestimentas típicas en su mayoría de colores vivos, al ritmo de aplausos y consignas como: “aplaudan, aplaudan no dejen de aplaudir que todos los pueblos nos deben de oír” o “de norte a sur de este a oeste ganaremos al lucha cueste lo que cueste” cerca de 600 mujeres bajo la luz del sol recorrieron las calles del Centro Histórico hasta el Zócalo de la CDMX para hacer notorios sus derechos.

Con la bandera de México en sus manos y bajo el cobijo de Rocío Márquez, quien es presidenta y coordinadora del movimiento de Mujeres Indígenas Originarias y Afrodecendientes, guió y concentró a su contingente en la explanada “luchando por sus derechos y cultura” como se leyó en las pancartas de las manifestantes, quienes han sido víctimas de racismo y discriminación.

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“El hablar una lengua materna, el portar una vestimenta tradicional, nuestros usos y costumbres, la cosmovisión nos pone en un punto vulnerable, pero el portarla y hablar y reproducir nuestras tradiciones en la ciudad es una resistencia también, es la forma que nosotras también tenemos de decir no me vas a apagar, no me vas a extinguir”, expresó Márquez.

Incluso a las mujeres indígenas se les ha encasillado en roles de servicio, de ignorancia y de pobreza, es por ello que desde hace más de 500 años de resistencia continúan luchando desde una mezcla generacional, tan es así que han creado “puentes” para que las mujeres indígenas y afrodescendientes no desaparezca.

Este grupo de activistas que se movilizó pacíficamente incluye a más de 20 mujeres liderezas de 68 comunidades y etnias que llevan tiempo viviendo dentro de la capital.

Aunando a esto entre sus principales peticiones que se relacionan a la erradicación del racismo, clásico y discriminación buscan que se coloque la escultura de la “Joven de Amajac” en el exmonumento a “Colón” ahora mejor conocido como “La glorieta de las mujeres que luchan”.

De acuerdo con Rocío esta figura femenina es de suma importancia porque es una digna representante de lo que son las mujeres indígenas ya que es un ejemplo físico y palpable de que las mujeres desde la antigüedad tienen derecho y pueden ocupar espacios de poder:

“Va a ser un recordatorio importante para las generaciones de antes y nuevas de que las mujeres indígenas somos mucho más al igual que todas las mujeres, somos diversas, multifáceticas, importantes, y todas tenemos un gran valor” aseguró la líder del contingente.

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Finalmente tras su primera participación en la marcha del 8 de marzo que se envolvió entre colores verdes y morados dijo sentirse feliz y contenta de haber marchado mano a mano con mujeres indígenas se afrodescendientes de una forma histórica:

“No están solas hermanas estamos con ustedes y están abrazadas y arropadas por nosotras porque somos mujeres al final del día somos mujeres diversas y respetamos nuestras diversidades pero abrazamos nuestras coincidencias y las amamos, las respetamos y marchamos juntas y emanamos lo que emanamos las mujeres, armonía, fuerza, luz y amor”, concluyó la dirigente esperando que para el próximo año se sumen más mujeres al movimiento.

LDAV