Joven de Amajac
Foto: Cortesía | Integrantes del Movimiento de Mujeres Indígenas Originarias y Afrodescendientes de la Ciudad de México y las del Aquelarre Feminista.  

Instalar la escultura de la “Joven de Amajac” en la Avenida Paseo de la Reforma, en la Glorieta donde estaba la estatua de Cristóbal Colón, representa el pago de una “deuda histórica dada por el genocidio indígena durante el colonialismo”, afirmaron integrantes del Movimiento de Mujeres Indígenas Originarias y Afrodescendientes de la Ciudad de México y las del Aquelarre Feminista.

Al acudir al Antiguo Palacio de Ayuntamiento para entregar un documento a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en el cual respaldan esa instalación y la consideran como algo que debe cumplirse a la brevedad, reiteraron que se trata de una redignificación de los pueblos indígenas.

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El Estado, consideraron, deberá velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destino al uso común, el cual prevalecerá sobre el interés particular, y cuyo uso pertenece a todos los habitantes de un territorio.

También, las autoridades deben realizar acciones a favor de prevenir y erradicar la discriminación contra las comunidades indígenas y en especial hacia las niñas y mujeres.

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“Las desventajas que enfrentan de manera histórica los pueblos indígenas y etnias afrodescendientes, no son exclusivas de estos grupos, existen factores asociados al racismo, que limitan el acceso de oportunidades y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales. El tono de piel es un motivo de discriminación que puede afectar a las personas en distintos ámbitos de su vida”, puntualizó el documento.