Un grupo de personas que se manifestaban de manera pacífica para mantener la tradición del baile en Santa María La Ribera fueron agredidos al buscar entablar un diálogo con la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas.
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La alameda de Santa María La Ribera y su emblemático Kiosko Morisco han recibido por años cada fin de semana a personas que buscan disfrutar de una tarde de baile al son de música en vivo, disfrutando de un ambiente familiar y al aire libre; sin embargo, en semanas pasadas fueron notificados por la alcaldía Cuauhtémoc que no podrían realizar más esta actividad.
Las y los asiduos al baile dominical, Sonido Sincelejo y vecinos de la colonia convocaron a una manifestación pacífica en una calle aledaña a la alameda de Santa María La Ribera, a las 10 de la mañana de este domingo, cerca del domicilio de la alcaldesa, para promover el diálogo y ver las opciones para llegar a acuerdos buscando que se respete una tradición de baile de más de 12 años, sin embargo, no hubo respuesta positiva, por el contrario, algunos asistentes a la manifestación fueron agredidos por aparentes trabajadores de la demarcación.
“Quieren quitarnos el baile, le quitaron los aparatos, el sonido y golpearon a varias personas”, señaló la señora Esperanza, vecina de la zona.
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Por su parte, Sandra Cueva indicó desde su departamento que “ya había muchas quejas de vecinas y vecinos, le hicimos la invitación por parte de vía pública muchas veces: por favor, no pueden tomar alcohol, no pueden robarse la luz, no pueden tener el sonido así de alto porque lastima los oídos de la gente”, añadiendo que ante la permanencia del baile tomó la decisión de retirarlos de manera definitiva de la alameda de Santa María La Ribera.
En tanto, una vecina de la colonia narró para 24 Horas cómo supuesto personal de la alcaldía amedrentó a músicos y manifestantes para despojarlos del equipo de sonido y posteriormente agredir a algunas personas.
“Los encapsularon (los de la alcaldía) y como descuidaron la camioneta donde traían el equipo de sonido y se fueron todos hacia allá, fue un operativo bien orquestado, comenzaron a sustraer el equipo de sonido, pero unas señoras se dieron cuenta y las golpearon, todos corrieron a ayudarlas, pero sí se llevaron varias cosas”, explicó.
“No molestan a nadie, aquí cero alcohol y cero drogas, en su mayoría son personas grandes las que vienen a bailar […] y (Cuevas) no quiere que estén, no tiene nada de malo, no le quita nada” y “es algo tan bonito, señoras y señores ataviados con trajes y mostrando sus mejores pasos de baile en una actividad lúdica, abierta y democrática”, subrayaron asistentes al baile dominical y vecinos del lugar.
Cuevas