José Ureña
 

Los hechos van muy atrás de las decisiones.

Los desfiles de las corcholatas, primero en la Cámara de Diputados y luego en el Senado de la República, confirmó adelantos de este espacio.

El 10 de enero anunciamos, por ejemplo, la fecha de la primera encuesta para perfilar al futuro candidato presidencial: el mes de julio.

Se harían otras para tranquilizarlas y resarcir heridas entre Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López o Ricardo Monreal, según sea el ganador.

La instrucción es hacer cuatro más durante agosto, septiembre y octubre para procesarlas y, tras el cruce de datos, negociar la disciplina de aspirantes y seguidores.

Una vez sometidas las ambiciones y pacificadas las huestes, se decidirá el mecanismo de lanzamiento y una ceremonia donde estarán, obvio, todas las corcholatas.

Eso sucederá en noviembre.

MÁS NOMBRES A LA SAGA

La saga será de novela.

El tema no es nada más las encuestas, juego en el cual participan desde hace tiempo muchas firmas demoscópicas con grandes rendimientos económicos.

Nada menos ayer el director de Rubrum, Luis Alberto García, difundió los datos levantados durante enero y colocó al frente al canciller Marcelo Ebrard con poco más de 34 puntos.

Le sigue Claudia Sheinbaum.

Sus datos coinciden con la percepción general, pero más allá de eso están las decisiones tomadas en Palacio Nacional y a las cuales deberá someterse el portero de Morena, Mario Delgado.

La instrucción es ampliar el abanico para dar idea de apertura a la militancia y evitar un golpeteo ya perceptible entre las cuatro como pelea callejera, de todas contra todas, las cuatro contra las cuatro.

Dicho de otra forma, ya no serían nada más Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.

Con ese espíritu presidencial se incorporó a Gerardo Fernández Noroña, quien formalmente es diputado petista, pero siempre ha estado al servicio de López Obrador.

Ahora se analiza a quién más incorporar, pero ni para distraer servirán porque las preferencias de Palacio Nacional son conocidas y ya algunos mencionados se han autodescartado.

Es el caso Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma, mientras otros, caso de Tatiana Clouthier, han dejado de estar en posición de lanzamiento y se han ido en malos términos.

De todos modos, el espectáculo continuará.

A REVIVIR LA CANACINTRA

Refundación.

Ese fue el término más repetido durante el primer encuentro de mujeres empresarias afiliadas a Canacintra y con el fin de dar un nuevo destino a ese organismo.

La industria de la transformación, como cámara, fue durante decenios fiel intérprete del sector privado en su trato con el poder, cuando las centrales cúpula -CCE, Concamin y demás- perdieron voz, representatividad y prestigio.

Antenoche a las 24 horas se cerró el registro de candidatos: José Manuel Sánchez, Lulú Medina y Esperanza Ortega.

Ellas encabezan el esfuerzo de refundación y ojalá tengan suerte en dos sentidos claves: ser interlocutoras con el Gobierno y apoyo para todos los industriales de la transformación.

LEG

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