José Ureña
 

Sólo pierde cuando las ambiciones lo desbordan.

Ese fue el destino en Durango del partido de propiedad presidencial en 2022 y ese parece ser el de Coahuila en 2023.

Es cuestión de leer las encuestas.

Si Ricardo Mejía Berdeja se hubiera disciplinado a la voluntad lopezobradorista, Armando Guadiana sería puntero con muchas posibilidades de ganar en junio.

Pero decidió irse al Partido del Trabajo (PT) con el riesgo de una negociación de última hora: si lo obligan a declinar y Alberto Anaya lo deja colgado.

Según sus propias encuestas y la difundida ayer por Massive Caller, trae 14 puntos por 26.7 del minero vendedor favorito de carbón a la CFE de Manuel Bartlett.

Es decir, más de 40 puntos contra 39.6 del priista Manolo Jiménez, respaldado por la alianza Va por México de su partido, el PAN y el PRD.

Pero tampoco Armando Guadiana merece mejor suerte, pues le importan poco su campaña, sus seguidores y su estrategia y abandonará el estado para asistir al Super Bowl.

Tal como lo hizo en el Mundial de Qatar, a donde acudió con tiempo libre para presenciar varios partidos de la lamentable Selección Mexicana y otras representaciones nacionales.

REBELDES SIN SUERTE

Pero en Coahuila Ricardo Mejía Berdeja no representa la primera rebelión.

Le explicaron: Armando Guadiana tiene escasas posibilidades, es sacrificable mientras a él se le mantendría como estrella de (in)seguridad pública y posible ascenso al gabinete.

Lo venció la codicia.

Prefirió seguir el camino, por ejemplo, de la primera disidencia documentada: Cristóbal Arias se indisciplinó en Michoacán y ahí está, en el Senado con la derrota a cuestas.

Nunca se sabrá si Mejía Berdeja podía ganar -los números no lo premiaban-, pero su caso también es comparable con lo sucedido en Durango.

Omar Castañeda, alcalde de Gómez Palacio, era el predestinado por la demoscopía, pero Palacio Nacional eligió a Marina Vitela y la arrolló el priista Esteban Villegas.

Si se consuma la presagiada derrota de Morena en Coahuila, el odio presidencial se descargará sobre el exsubsecretario de Seguridad Pública, por ahora candidato petista.

Anaya no lo va a recompensar como él espera o hubiera hecho el tabasqueño.

A IMAGEN DE COLOSIO

1.- ¡Quién lo dijera!

Marcelo Ebrard ha copiado el slogan de campaña de Luis Donaldo Colosio.

Dato notable porque el canciller pertenece a la escuela de Manuel Camacho Solís, quien jamás asimiló la derrota ante el sonorense y marcó el fracaso de la campaña en 1994.

Colosio, con muchos recorridos por toda la república como jerarca priista, escogió una frase promocional simple y variable: ¡Con Colosio SÍ!, Colosio SÍ! o COLOSIO, Bienestar para tu familia.

Ebrard ha llenado bardas por el país con su identidad: Con Ebrard SÍ.

Y 2.- Cada quien con sus corcholatas.

Senadores y diputados oficialistas usarán sus plenarias para proyectar a Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Marcelo Ebrard.

Como organizador, Ricardo Monreal tiene otro trato.

Enfrente, la mexiquense Alejandra del Moral será estrella de las bancadas aliadas en Va por México.

Pero el coahuilense Manolo Jiménez participará vía zoom en el PRI, porque no quiere abandonar su precampaña y prefiere tejer alianzas y sumar adeptos a desplazarse a la Ciudad de México.

LEG

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