Desde el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, he venido reflexionando una serie de ideas relacionadas con la situación europea actual, pero que se encuentran presentes ya en Anatomía de un instante, de Javier Cercas.

En dicho texto se relatan múltiples conspiraciones políticas y sociales que buscaron acabar con el Gobierno de Adolfo Suárez, en aras de la democracia; pero que tuvieron un efecto adverso, a saber, la puesta en jaque de la misma.

Y quizá sea lo que está sucediendo actualmente, pues la sociedad europea se encuentra ante un espasmo, donde abunda un profundo desarraigo social, el cual si extrapola a la guerra en Ucrania, se podría ver que, en el fondo, se trata de una lucha por los valores europeos, apoyada tanto por ellos mismos como por el resto de Occidente.

Lo anterior, también se reflejó en el encuentro realizado por El País entre Emmanuel Macron y Javier Cercas, el pasado 16 de enero, donde se discutieron diversos temas en torno a la situación europea, específicamente la crisis que acontece frente a las disyuntivas entre la democracia y el resurgiendo nacionalsocialismo.

Respecto a dicho diálogo, lo que más llamó mi atención fue el hecho de que se consideró a Europa como la única utopía razonable que se ha edificado; la cual, sin embargo, ha traído consigo el resurgimiento de líderes con tendencias populistas, cuyo discurso consiste en aseverar que todo bien al que tienen acceso sus ciudadanos, es gracias a ellos y cuando se presenta algún problema, es porque es culpa de Europa.

Ante esto, cabría esgrimir ciertos cuestionamientos en el marco de la situación bélica –que hoy cumple 334 días– pues dicha situación abre espacios de oportunidad para delinear cuáles son los desafíos para y en la sociedad actual.

La comunidad europea está viviendo un momento de desestabilización y desorientación como consecuencia de la eminente crisis económica, el cese de la pandemia y el regreso de la guerra. Ante ello, se sostuvo en la entrevista que incluso la situación podría equipararse a la de 1929, la cual provocó tanto la llegada al poder del fascismo como la consolidación del totalitarismo.

Lo anterior, afirmó Cercas, se refleja claramente en que desde 2008, se ha venido presentando un enfrentamiento entre el fenómeno del “nacionalpopulismo” y la democracia contemporánea; pues los sistemas democráticos han cesado de generar espontáneamente progreso para todos para dar lugar a nuevas desigualdades.

Es en ese entendido, en el que toman fuerza dichos modelos, ya que en ellos la confianza del pueblo respecto de su gobernante, radica en que lo consideran afín, así como también responde a un profundo sentimiento de pertenencia y superioridad.

De forma que destaca un deseo de recuperar el control de lo perdido, como Macron interpreta. Por lo que cabría preguntar si la guerra es o la culminación de esta gran crisis o el prólogo de otra cosa.

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

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