Como nunca, el sector central del Gobierno federal le había dedicado tanta atención a la estructura de seguridad: la Guardia Nacional como nuevo cuerpo operativo, reuniones diarias de una hora bajo la conducción del presidente de la República, atención directa y diaria de toda la estructura de seguridad militar y civil, presupuestos crecientes a los sectores encargados y compromisos reiterados de trabajar sobre sectores estatales que pululan alrededor de la inseguridad.

Sin embargo, los resultados cuantitativos no son los deseados. El último informe de seguridad de hace unos días mostró una disminución de -30.8% en la incidencia delictiva del fuero federal con respecto al pico de noviembre de 2018.

Pero la gráfica mensual compara los datos de hace cuatro años con los de diciembre del año pasado, revelando, en efecto, una tendencia a la baja.

No obstante, la misma gráfica revela otros datos: la incidencia delictiva tuvo un bajón significativo de -44.3% en marzo de 2020 con respecto a diciembre de 2018, aunque los ritmos mensuales ya no pudieron mantener la declinación. En las cifras de disminución de la incidencia delictiva nacional hubo una desaceleración en resultados: baja de -38.7% en enero de 2021 y de -32.3% en enero de 2022, cifras que contrastan con la reducción de -38.8% en diciembre de 2022.

Estas dos tendencias de las gráficas de seguridad revelan efectivamente una desaceleración de la incidencia delictiva, pero cada vez con menos dinamismo, lo que puede interpretarse como una tendencia creciente a mayor número de delitos con respecto al punto más bajo de marzo de 2020.

El análisis de las cifras de inseguridad, por lo tanto, debe profundizarse en las razones que existen de un menor dinamismo en la baja de la incidencia delictiva, con respecto a una mayor y creciente participación y apoyo al área de seguridad.

Zona Zero

  • Medios de comunicación nacionales y extranjeros han puesto el dedo en el renglón a un foco de preocupación política que debiera ser atendida por las autoridades: el resurgimiento de grupos simpatizantes del nazismo a través de expresiones musicales. De acuerdo con datos publicados en el periódico español El País, una de las fuentes de origen proviene de Grecia, a través de un grupo musical de franca militancia nazi. Las expresiones nazis en México tuvieron auge en los años 60 y 70.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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