La estrategia mexicana de seguridad se encuentra en un circo de dos pistas: en una, el juicio contra el secretario calderonista de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y en otra, el debate entre México y Estados Unidos por la extradición de Ovidio Guzmán López, el encargado de la producción y contrabando de fentanilo en el Cártel de Sinaloa.

Los dos casos tienen como vaso comunicante precisamente al Cártel de Sinaloa: García Luna es acusado de haber recibido sobornos de este grupo delictivo para beneficiar sus actividades delictivas y Ovidio acaba de ser detenido con fines de extradición y metido en un proceso que pudiera alargar la entrega a EU.

Los dos expedientes que se están desahogando en diferentes tribunales son parciales y no tienen que ver con la estrategia integral de seguridad pública del Gobierno mexicano, sino que se agotan solo en la personalidad de los detenidos.

En el hipotético caso de que el exfuncionario mexicano sea condenado por un tribunal en Nueva York y el capo sinaloense sea entregado a Estados Unidos, la estructura de funcionamiento y dinámica del narcotráfico de México no tendrá ninguna afectación ni sobresalto y seguirá funcionando como la maquinaria para producir droga e introducirla a EU para satisfacer a los millones de adictos americanos.

El modelo de personalización de la inseguridad es el mismo que aplicó el Gobierno del presidente Calderón: descabezar a los cárteles, pero sin desarticular la estructura criminal de las organizaciones. Hoy El Chapo Guzmán, como gran jefe de uno de los más importantes y sanguinarios grupos delictivos de la droga, padece un encarcelamiento severo, pero el Cártel de Sinaloa sigue funcionando a todo vapor.

 

Zona Zero

  • El Inegi dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del cuarto trimestre de 2022 y encontró que la caída en la percepción social de la inseguridad se detuvo, aunque sin mostrar una mejoría: 64.2% de la población vive en la zozobra de la inseguridad. Y las ciudades con mayor percepción de inseguridad son Fresnillo, Zacatecas; Irapuato, Guanajuato; Naucalpan y Ecatepec, Edomex, y Ciudad Obregón, Sonora, con tasas arriba de 90% de sensación de miedo. Las cifras no han cambiado en los últimos años, pese al aumento de las fuerzas de seguridad.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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