Foto: Gabriela Esquivel / María de la Luz Godínez y Pamela Ortega, relataron que la cirugía les ayudó a mejorar su autoestima y sentirse más seguras  

María de la Luz Godínez y Pamela Ortega tienen algo en común, comparten el dolor de haber padecido cáncer de mama y haber perdido al menos uno de sus senos, esta situación deterioró su autoestima al verse mutiladas, y tener que recurrir a las prótesis.

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Ante estas situaciones, el Hospital Rubén Leñero, de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa), ofrece de manera gratuita cirugías plásticas reconstructivas de mama a mujeres que
padecieron este tipo de cáncer.

Dichas intervenciones quirúrgicas son importantes porque cada año se detectan entre 500 y 600 pacientes de cáncer de mama en la Ciudad de México, de las cuales el 70% son candidatas al programa de reconstrucción de senos tras haber vencido la enfermedad y haber concluido su tratamiento, informó Lya Vázquez, jefa del Servicio de Cirugía Plástica en ese hospital.

La doctora explicó que además de realizarse las operaciones gratuitas, las mujeres son incorporadas a un programa integral, ya que además de las cirugías plásticas, también, cuentan con un acompañamiento y seguimiento médico, así como un apoyo psicológico.

Cada proceso es diferente, aclaró, por lo que la duración de cada caso es variable y puede ir de cinco a 12 meses, en consideración de las intervenciones quirúrgicas necesarias a las cuales deban ser sometidas.

Normalmente, son de dos a tres operaciones y se continúa con el proceso de recuperación; en tanto, el seguimiento de cada expediente continúa por cinco años, detalló.

Lya Vázquez informó que actualmente son 12 pacientes que están en el proceso de reconstrucción.

El Hospital Rubén Leñero, precisó, tiene la capacidad de realizar hasta 110 cirugías plásticas reconstructivas al año. “Del año 2015 a la fecha, se han atendido 180 mujeres quienes han sido sometidas a estas cirugías”.

María de la Luz Godínez de 41 años, compartió para 24 Horas su experiencia: “Me detectaron el cáncer a los 34 años. No tener el seno te causa ciertas inseguridades porque no puedes usar la misma ropa, el hecho de utilizar una prótesis o un relleno para que se iguale es complicado porque tienes que buscar la manera de que no se note”.

“Me siento más segura, me siento más atractiva, más confiada, sí te cambia totalmente la vida, te vuelves a sentir completa, porque al final de cuentas es una mutilación y la reconstrucción me ayudó muchísimo en la autoestima”, expresó.

Pamela Ortega, de 39 años, otra beneficiada dijo: “Me siento feliz, me regresó la autoestima, ya no tengo que estar usando una prótesis externa, la vida te cambia completamente, para bien”.

Lya Vázquez invitó a quienes vencieron el cáncer de mama y perdieron uno o ambos senos, y que hayan concluido su tratamiento se acerquen al hospital a pedir informes para saber si son candidatas a este proceso de reconstrucción.
LEG